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guidores, muy próximos a los mismos. Mientras tenía lugar esta terrible escena, un miliciano se fijó en el S de D. y dijo: ''Tú que tienes cara de Cura, arriba! A estas palabras irreverentes el Siervo de Dios, con gran dignidad y calma, respodió: ''Soy Sacerdote", y volviéndose a otro sacerdote que estaba próximo, le pidió la abso– lución. Inmediatamente salió de las filas y empezó a subir por la escalera, sobre cubierta; resuelto, sereno y tranquilo, con la sereni– dad de un mártir; sin protestar o demostrar algún titubeo ante la muerte. Después que subió algunos peldaños de la escalera se vol– vió de cara a los demás prisioneros aterrados, y con una sonrisa serena y celestial, trazó sobre ellos la señal de la Santa Cruz, dán– doles así la absolución sacramental. Después, inmediatamente, algu– nos disparos de arma de fuego le mataron. Era el 27 de diciembre de 1.936 Como lo orobarán testigos bien informados, quienes harán constar las fuentes de su información. ARTICULO X XII Es verdad que el S. de D. aceptó con alegría la muerte que le fué dada por ser sacerdote. De hecho, siempre declaró a los perse– guidores su condición de ministro de Dios, aún sabiendo, que tal declaradón sería el motivo de su condenación a muerte. Hasta el último momento se portó admirablemente aceptando con calma y serenidad el anuncio de la muerte; su conducta fué la de un sacerdote digno, dando la absolución, aconsejando el arrepentimiento, exhor– tando al amor y al perdón, pidiendo antes de subir al martiriQ la absolución de sus pecados. Como lo f)fobarán testigos bien informados, quienes harán constar las fuentes de su información. TRASLADO DE SUS RESTOS ARTICULO XXIII Es verdad que el 27 de diciembre del año 1939, tercer aniver– sario del martirio, decretó el Municipio de la ciudad de Santander rendir homenaje a todos los asesinados el 27 de diciembre del año i 936, que estaban enterrados en una fosa común, en el cementerio de Ciriego (Santander). Los cadáveres fueron exhumados y deposi– tados en la cripta del cementerio, para que los parientes de las víctimas pudiesen identificarlos. A la identificación del S. de D. asis– tieron los Padres José María de Chana, Ministro Provincial de Cas- 14

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