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ARTICULO X Es verdad que ordenado de Sacerdote se consagró con entusias· mo y con celo infatigable al ejercicio del apostolado, ya en el púlpito, ya en el confesonario, sirviendo de notable ayuda a la redención y conversión de las almas. Buscó con la palabra, con los escritos y con las obras cotidianas de caridad atraer a los fieles a la doctrina de Cristo y de reavivar en ellos el espíritu de caridad hacia el prójimo. Era hombre culto e inteligente, buen predicador y generoso misio– nero; su palabra enérgica y humilde al propio tiempo, convencía y triunfaba. Como lo probarán testigos bien informados, quienes harán constar las fuentes de su información. ARTICULO XI Es verdad que como Superior obró siempre con gran prmlencia, no negando su consejo y ayuda a ninguno; mas se dió por completo a la Comunidad sin reserva de ningún género. En el difícil ejercicio de la corrección supo conciliar la dulce caridad con la digna energía; tuvo tacto para reprender y supo compadecerse de las miserias humanas. Vigiló siempre para que no se faltase, aún en cosas mínimas, a la observancia de la Regla. Como lo probarán testigos bien informados, quienes harán constar las fuentes de su información. ARTICULO XII Es verdad que el S. de D., por el amor que sentía hacia el Señor, no temía otra cosa más que ofenderle. Su conciencia era de– licada, odiando y huyendo no sólo del pecado mortal sino ta"mbién del venial. Además, el pensamiento de las ofensas a Dios, era para él un poderoso estímulo para combatir el pecado en los otros. Toda la vida de religioso fué un perenne estudio de los medios más opor– tunos para amar y hacer amar al Señor. Era incansable en sus esfuerzos para educar la mente de aquellos de quienes era respon– sable. Como lo probarán testigos bien informados, quienes harán constar las tuentes de su información. ARTICULO XIII Es verdad que su mente y su corazón se elevaban muy fre– cuentemente a Dios. Con el amor a la oración y a la Santísima - 10

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