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96 Vicente Muñiz Rodríguez XÓ:ip.tr1½, Ú7:epoupci·;to;., '.J;:s¡1o!Jo~r;;:;, !J7.:cplt2'Jc; ~7:EfJD'.Jjf<o;:~ 07.:cpí:i..T¡p~fíc; oo:_p{a 167. Semmelroth observa que la abundancia del uso de Ó;:É? confiere a la obra del Pseudo-Dionisia una solemnidad propia y cultual que hace mu– cho más elevada y transcendente la idea de Dios, empequeñeciendo la del hombre 1es. La transcendencia e inmanencia de 5zó:;, junto con el empleo literario del prefijo · y de algunos atributos como zE'(iPTillé'I',:; y a[,ia abarca dos dimensiones: una, ontológica propiamente dicha; otra, gnoseológica. Te– niendo, con todo, siempre en cuenta que se instala sobre el mismo ser y el mismo no ser, sobre el mismo conocer y el mismo no conocer. Dentro de la dimensión ontológica caen los problemas del modo del ser divino, su causalidad y bondad que, unidos a los de la eternidad, magnitud y belleza divina configuran el serna thó:; en el tratado DN. Cada uno de estos problemas merece nuestra consideración. a) El modo de ser divino. Dejando a un lado los pasajes de interpretación dudosa sobre en cuanto ser, hacemos referencia sólo a los que están fuera de toda sos– pecha 1 6 9 . Así, los que encontramos en el c. V, especialmente en el pa– saje 817d. 167 En el mismo contexto se encuentran, Ú;::spo"f'"''rn,, Ú7:spo0,n,,¡; en DN 596b; en 649bc, G;::2000:noJC: 865b y 868b para las dos últimas expresiones. 168 O. Semmelroth, 'Gottes überwessentliche Einheit', Scholastik 25 (1950) 217-18. 169 Pasajes de carácter dudoso interpretativo se encuentran en CH IX 3 A5-8 (261al y en esta misma cita en Al0-11 f261al. He aquí, dichos pasajes: _ «to·~ )ls):¡y;si'l,h É·1vrrf¡t2ov 0'1--::,rz oU nly; oUz (5·.rtnJ'I. fJ.JJ..r1 to~ r}.r:rn::; '"COJ h20:.i:>. Y <<,• .rr:~ p:r, 110·10·1 t0·1 Ov-r:m::; Q,,r:r1. Ds(n 2;¡::fcr:r;r1-;:t0... ,,, El carácter dudoso deriva de la posibilidad de atribuir i;no,~ i:•11:0~ a G,,:ii:;,r,0 en lugar de a ffso:i por lo que respecta al primer pasaje. En este caso, la traducción pertinente sería: «sino del Dios que es supremo y verdadero». Así parece pedirlo el contexto en general, ya que se contrapone el sacerdocio de Melquisedeq al de los adoradores de falsos ídolos. Frente a los dioses vanos y de segunda categoría está el verdadero y supremo Dios. Este sentido interpretativo le da Corderio en la traducción latina de Migne. Y, en la época medieval, las traducciones de Hilduino (Hl, Ambrosio de Tra– versari (Al, J. Perion (PJ, Lansel (Ll, Dom Claude David (Dl reproducidas en Dionysiaca 908-9. Igualmente Gandillac, entre los modernos. Otra posibilidad de interpretación corresponde a las versiones de Escoto Eriúgena (El, Sarrazin (Sl, Roberto de Grossa– testa (RJ y, en la actualidad E. Turolla en su traducción italiana del CD, p. 84. Las medievales se encuentran recogidas también en Dionysiaca, en el mismo lugar citado anteriormente. Según estos autores, el texto afirmaría: «sino del Altísimo Dios verda– dero, que es». El segundo pasaje dudoso pertenece también al contexto general del anterior y sobre él pueden hacerse idénticas consideraciones. Las versiones de este segundo pasaje, pre– sentarían estas divergencias: al «para significar abiertamente a los sabios que él (MelquisedeqJ se convierte al Dios realmente verdadero•. bl «para significar a los sabios abiertamente que él (Melquisedeql se convierte al Dios que realmente es o existe•. Hilduino (Hl, Escoto Eriúgena (El, Ambrosio de Traversari (Al, Lansel (Ll, J. Perion (Pl, Dom Claude David (DJ, Cordería (Cl siguen la primera versión. También moder-

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