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86 Vicente Muñiz Rodríguez y genitiva. No asi, para la dativa en la que EH presenta saldo a su favor. En efecto, por una vez que se usa en CH, EH la usa 7 veces. Respecto a las preposiciones, en EH entra en juego, aunque no sea más que una sola vez la preposición s•1. Se observa también una dismi– nución del empleo de ,'hó:; con las preposiciones ¡12,1, ;:2:r,i en EH en relación a CH. En cambio, aumenta el de .:pó::; e ci;:ó 2, 4 y 5 veces res– pectivamente. La forma nominativa l:hó::;, en función de sujeto, es relevante, cuando afirma a Dios como causa del movimiento que había sido sugerida ya en CH al hablar de Dios en cuanto causa de la luz (cf. n. 127). En los tres restantes casos, uno entra dentro de la cita paulina «ni ojo vio, ni oído oyó, ni corazón humano sospecha qué cosas Dios (/}eó::;) tiene preparadas para los que le aman» (1 Cor. 2, 9). Los dos restantes señalan una nove– dad en la dirección semántica de nuestro vocablo. Por un lado, lo refieren a Cristo; por otro, lo enmarcan dentro de una dimensión litúrgica 138 • El empleo de la forma acusativa es relevante, cuando manifiesta a la divinidad como término último de la ascensión de la jerarquía terrestre a través de la simbología sensible. Como ya fue indicado, esta ascensión viene designada por el término rl'l(J:ím·í+i que adopta en EH también moda– lidad verbal. Igualmente, se puede establecer, al tratar la variación acu– sativa, cierto paralelismo entre el pasaje de CH en que se alude a «los falsos dioses» CCH IX 3 A3. Cf. n. 118) y el 441a de EH, en donde l}zo::; cobra este mismo significado. La diferencia designativa del serna referida al verdadero l}zó::; del referido al falso viene hecha por el participio , ÓJ'I », «el Dios que realmente es». En el tercer fragmento en que, por último, /}só::; adopta la forma acusativa, se nos dice cómo Dios por propia y na– tural bondad descendió a la tierra. Quizás, aquí, sea digno de tener en cuenta la paráfrasis « l}:,ó::; q¡úa2t, que repite anterior pasaje de CH, al hablar de /}2ó::; como causa de la luz Ccf. n. 1261. En la forma genitiva, es relevante el uso de ci90¡1o[rnat::;, E'l<•iat::; y xotvo>via., vocablos que ya encontramos también en CH en contexto con i'}si::;. Con– viene no pasar por alto que el adjetivo xpúcpw::; acompaña y caracteriza a l}Eó:; en dos pasajes y que en otro sale por primera vez el de ,:a.,1,;;oxpá,;;oip con el que se atribuye a lhó::; actividad creadora 13 9 _ Por último, aparece 138 He aquí, los fragmentos de &zó; en función de sujeto a que alude el texto: ,,¿ lh~~ iT"~,'=ª,thia x,t·1:o't;» •Di~s 1;1-ue:e ?ªci.:' las co~as divi1:-as•, ~H 3!6b. «(&::'a&).olHu,¡ Xpt~– ,q; ), s::sto-i¡ rn;; tfso;; s:11:t ·n¡;; al}o!f1.s:1ta; or¡1uoup 1 o;. » CBaJo Cnsto Juez del combate esp1- rituall, porque como Dios es organizador del combate (espirituall», EH 401d. «('Ir¡::rnü~) xa/::sp ú::á.p"f..uw ÚJ; lhdl; - r.sh- r.á.pzr¡;» .[Jesús), en cuanto Dios es autor (principio) del sacra– mento de la consagración•, EH 512c. Se ha omitido la cita paulina, por ser sólo con– firmativa del pensamiento pseudo-dionisiaco y que se encuentra en EH 580b. 139 Las formas acusativas de tho; se hallan en EH 373a, 393a, y 441a. Para las genitivas, ver EH 372a, 392b, 393a, 396a, 400c, 436d, 444d, 473b, 473b, 485b, 501a, 561c Y 561c. El término ::ar:oxpá.-:rnp es empleado por la patrística y los símbolos de fe primitivos, tanto orientales como occidentales, para calificar a Dios en su actividad creadora. Anteriormente fue empleado ya en la versión de los LXX, en 2 Cor. 6, 18

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