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82 Vicente Muñiz Rodríguez Con las preposiciones, este núcleo semántico de Dios Luz y Dios-Puri– ficación se encuentra más clarificado. En la cosmología dionisíaca, como en la de Proclo, Plotino y Jámblico se da un doble proceso dialéctico– ontológico. Uno, descendente desde la divinidad. Otro, ascendente hacia la misma. La forma fhó~ señala el primero, mediante la preposición b:. Y esto. bajo el aspecto de la luminosidad. En efecto, todos los grados angélicos reciben unos de otros según su capacidad, el don divino de la luz, exceptuado el primer grado angélico a quien se lo transmite inme– diatamente Dios. Incluso, el mismo proceso dialéctico procede de Dios. Los seres más próximos a la divinidad son movidos por ésta y los demás, en la medida de su capacidad, por las realidades de las que el mismo Dios es el motor 1 21. La actividad jerárquica, en su dialéctica ascendente, tal como la des– cribe CH, tiene corno término a llsd~ regido por las preposiciones :r:pó;; y i:r:[. {h6;, aquí, se presenta como término, meta última hacia la que se dirige toda función jerárquica. Y ésta, que consiste en la asimilación y unión con Dios (ri7op.r;(u1::;t; y iivoi::;t~) se obtiene porque la realidad divina es maestra de la ciencia (z:r:t::;·cr¡p.,¡) y de toda actividad santa de las je– rarquías 1 2s. He aquí el pasaje en que se precisan los contornos de ,1:po; thóv, con terminología que es frecuente en el CD: «para. que las jerarquías huma– nas realicen de modo ordenado tanto la ascensión hacia Dios (riw.q<oíh ;;p6c; {hóv) como la conversión (i1: 1 .::;:r107f¡) la comunión (xotvmvia) y la unión (Evm::;tc;) a Dios» 129. Con la preposición e.:( la realidad divina se encuentra comunicada inmediatamente con los serafines, que es el grado angélico de la primer jerarquía celeste más perfecto. Y su casualidad abarca toda función santa y santificadora de cualquier jerarquía 130 . Por su importancia, para la her- 127 Para h, véase CH IV 5 B34 (196cl en donde se habla del •don de la luz que procede de Dios• (sx &eoG 'Dm,ooo:.iav) En X 2 AB (273al se evidencia el proceso dialéctico descensivo desde Dios co'n términos que evocan a Aristóteles, cuando justificaba la esfera inmóvil: •ot 11Sv 7:pccr~1-:a1:ot lhwü -coi xtvoUv-:o,; dv,z)~<l.río~ 03 oí. l~otrrOt -cün Sx fho~ xsxtvrn1Svw•,P• •Los espíritus celestes son todos anunciadores y mensajeros de los entes que les preceden. Los más venerables; lo son de Dios que los mueve, y los otros, en la me– dida de su capacidad, de las realidades de las que Dios es el motor•. De Dios procede también la revelación a los hombres santos y profetas, CH IV 3 D44 (180dl y IX 4 B23-24 (261bl. 128 Así: <•:~xo-;:0;; e~,¡ Í..e.pap1Ja; i&-Jtl'J ~ r:pb:; &sO·, ÓJ::; S,tnx-cOv drpol1o{m:J~::; tz xat ávm::n~ afrt:Ov i-x.ouja í:ci:n¡:; Eepd::; S-;:tcrcfiic~:; ti: xat Svsp1e{,z:; xr¡Orrrfi\lÓ'Ja... » «La finalidad, pues, de la jerarquía es, en la medida de lo posible, una asimilación y unión a Dios ya que es Dios mismo el que ella toma como maestro de toda ciencia y de toda actividad santa•, CH III 2 Al (165al. Para otros pasajes con .:pó; ver n. 121. 129 «í'.v' TI xa,d r¡ .:po~ fho·1 dva-¡u,rr, Y.(Ú s.:v:r::po7r¡ xa' )(Qt'JUJ'/!a xa[ EVUl:Jt~... » CH IX 2 B17 (260bl 130 O., ' ' - , , ~ ·~ ' " ' - ' , ' Q ' ' , ::i <s: 'J1:t~:; otp,~t XO:t :w~ ~TfSl,.\XW'i tafzU}',) ~'¡V ays:mv \lS"'CO'.J:l'Ul'J "CWV 7.:purcw:; ii:~ IJ10V r.l'ict"::tvO- \lSVOJV s.vapus:Jtspav et•;at "'CW'i ota p.s:Jotr¡to::; cc;:01:sl,.ou11.svruv». «Así, yo creo que la participación inmediata de los órdenes angélicos primeros en tender hacia Dios es más manifiesta que la de aquellos que lo hacen por iniciación de un intermediario•, CH VIII 2 C27 (240cl. Como la preposición /¡;;i con acusativo

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