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78 Vicente Muñiz Rodríguez La variac1on morfológica, del acusativo y dativo en este libro en con– creto no tiene mayor importancia, dado que su significado se refiere a los dioses ajenos al pueblo israelita 119 • El genitivo, sin embargo, sí la tiene por razón de que refleja una unidad semántica con el vocablo por el que va regido. De entre estos vocablos, los que parecen más acusada– mente característicos son: :n.ivEp·róv, xp6qnov, r.otvmv[a 120 • El interés mayor entre las preposiciones que rigen lh,ó¡; haciendo va– riar su forma, recae en las que denotan dirección o término de una encuentran en Denys l'Aréopagite, La hiérarchie céleste, introd. par R. Roques, études et texte critiques par G. Heil, traduction et notes par M. Gandillac; édit. ciu cerf CParis 1970l: IX, 3, A3 C26laJ; XIII 3 D46 (30ldl; XIII 4 C38 (305l. En el primer pasaje Oer.k se encuentra en nominativo plural y se estructura con s;::scn:á1:0Dv, indicando cómo el don teárquico de la luz no lo poseen dioses extraños, sino la única y verdadera divi– nidad. El segundo, dentro de una oración atributiva, predica de Dios el ser principio d;e la iluminación ("Ecrm... uy¡_}¡ ,oü y(u,/Cecrllm 026~.) El tercero, en sencilla construcción de la voz activa, afirma que Dios «purifica» (xaílairw) todas als jerarquías (;::ávw~ tspap– x/w:,) como causa de toda purificación ("P ;::ácrr.~ xaOápcrsm; Etvm cd,iá). 119 CH IX 4 B27 (261b); XII 3 Bl3 (293b); XV 9 AlO (340al. La primera cita trata el problema de los ángeles protectores de los pueblos. Según el platonismo medio, cada nación tenía un ángel o demonio protector Así, por ejemplo, Jámblico nos habla de que los dioses elegían un pueblo, cada uno, para custodiarlo y ser su providencia. El término que Jámblico emplea para designar esta elección divina es el de owxbjp(l). Según Juliano el Apóstata, los dioses de cada nación están subordinados al Demiurgo, Padre y Rey común de todos los hombres. Dentro del pensamiento cristiano, ya Atenágoras enseñó que a los ángeles correspondía velar y cuidar de todo el orden cósmico. Más tarde, Orígenes amplía y confirma esta doctrina. Para una mayor pro– fundización en estas ideas, ver J. Daniélou L,es anges et leur mission <París 1951) 11-36 y también de este mismo autor, Origéne [París 1948) 223-35. El Pseudo-Dionisio afirma la unicidad de providencia sobre todos los pueblos, no sólo sobre el judío. Y en este contexto indica cómo no puede haber contraposición entre la acción de los «ángeles protectores• o •dioses• y la de la Tearquía. Como se ve, lhó,; cobra aquí el sentido de «dios subordinado•. Y, en lugar del vocablo 0taxt,i¡pm que utiliza Jámblico, el Pseudo-Dionisio emplea el de u.;::o,.):r¡póm. Este mismo significado de lhó,; como sinó– nimo de «ángel», se encuentra también en CH XII 3 B13 (293bl , en donde se dice que la teología llama dioses, tanto a las esencias celestiales como a los hombres que des– cuellan por su amistad con Dios. En el pasaje XV 9 AlO (340a) ofrece el dativo &súi regido porcrunalpm, «alegrarse con Dios•. ' 120 El término cru·1enó,; lo utiliza el Pseudo-Dionisia en CH III 3 B25-26 (165bl, recor– dando a san Pablo en 1 Cor. 3, 9: «8wu TªP b:isv cruvsp·íoi» «somos cooperadores de Dios•. Más adelante, en la misma CH VII 4 A9 (212al se encuentra la forma cru·,enia que en la edición crítica se prefiere a cruvÉVíEta que transcribe Migne. En esta ocasión, unida a Y.Ot,1mv/a. Se trata de la «cooperación» de los entes en la actividad jerárquica hacia la divinización. R. Roques sostiene que tal cooperación es una suerte de «passion-acte• que no puede ser aprehendido en sí y que representa, a la vez, lo que está más allá de la ignorancia y del conocimiento. El término cru·"'Vi/a cobraría caracteres pare– cidos a los de crup.r.álleta. Con todo, hay que advertir que 1:rnp.;::áíhta -(simpatía)-, muy utilizado por los estoicos, no se encuentra en el CD más que una sola vez en el tratado DN 648b, refiriéndolo al estado anímico del místico. En el universo jerárquico dionisíaco se da una férrea armonía procedente del esfuerzo de todos los grados jerárquicos que tiende hacia la comunión con la divinidad. Cf. R. Roques, L'univers dionysien. Struc– ture hierárquique du monde selon le Pseudo-Denys [París 19541 96, no, 324. También, en relación con el término xot·1,D·1ia pp. 49, 51, 58. El término xpúqno,; interesa ponerlo de relieve por la relación que guarda con las interpretaciones del CD que se fijan en el Dios desconocido.
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