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Vocabulario 71 8 en CH, 2 en DN, 1 en EPO. 42 en EH, MT, Total: 53 veces. 29 en CH, 48 en DN, 4 en EPI; 1 en EP5; 2 en EP8; 3 en EPO; 24 en EH, 7 en MT, 1 en EPIO. Total: 119 veces. 3. Este vocabulario, utilizado por el Pseudo-Dionisio y presentado den– tro de los límites en l. indicados, merece por nuestra parte consideracio– nes introductorias. Ante todo, la importancia numérica con que algunos nombres de Dios destacan sobre otros parece indicar el centro de interés que moviliza la especulación de los distintos tratados que componen el CD. Parece tam– bién que dicha importancia numérica puede servir de índice revelador de las notas caracteristicas en que se desenvuelve el pensamiento de cada tratado. Tomando como punto de partida el nombre de füó:; que es el más frecuentemente empleado -en doble proporción respecto al que le sigue-, puede establecerse este orden de interés: para CH y EH, 0eó:; (106 veces), fücxpxicx (33 veces), füó-n¡:; (5 veces), Movd:; (5 veces) y, por últi– mo, Tptd:; que es utilizado sólo 3 veces en EH. Para DN, 0eó:; (108 veces), 0Eó-n¡:; (37 veces), 0Ecxpxia (14 veces), l\fovd:; (13 veces) y Tptd:; (8 veces). Para MT, llama la atención el que sólo son utilizados los términos de 0eó:;, 0eó-n¡:; y Tptd:;, únicamente una vez. La reflexión sobre estos datos nos ha conducido en primer lugar a una agrupación de los tratados del CD que estuviera objetivamente de acuer– do con ellos. Así, hemos distinguido tres secciones: CH y EH constitu– yen la primera y DN con MT la segunda y tercera respectivamente. Las EP han quedado marginadas, como punto de referencia clasificador de los usos semánticos adoptados en la interpretación de los nombres con que se designa la realidad divina. A ello nos condujo la diversidad de motivos, también clarificadores de su propio pensamiento, con que fue– ron escritas por el Pseudo-Dionisio. E igualmente, su brevedad. En segundo lugar, parece que cada tratado se caracteriza típicamente por la importancia numérica del término con que Dios es designado ma– yor número de veces, después de 0eó:;. Así, CH y EH, en el tema de la divinidad, ponen de relieve la ubicación de ésta dentro del universo jerár– quico. A ello alude y reenvía de manera insistente el término de füapxicx. No es por azar que el Pseudo-Dionisio emplea con más frecuencia en estos tratados este vocablo que cualquier otro. En cambio, el DN se nos revela como una suerte de tratado de teología natural, a pesar de las protestas repetidas que en él se hacen de exponer sólo la revelación 1os. Quizás haya 108 Caso limite, por ejemplo, de esta actitud del Pseudo-Dionisio puede apreciarse en el c. IX del DN, en donde se explican los atributos de «grande•, «pequeño•, «idén– tico•, «otro•, «semejante•, «desemejante•, «quietud•, «movimiento• e «igualdad•, sin

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