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Lenguaje y Corpus Dionysiacum 59 Al decir, por tanto, que el lenguaje humano es estructurado debe en– tenderse que está constituido por elementos llamados discretos. Unidades mínimas delimitadas con precisión y sin ningún paso gradual de una a otra. Cada una de estas unidades -{piezas del motor, en nuestro ejem– plo)- ,guarda respecto a otras con las que se combina un conjunto de funciones que marcan las posibilidades de comunicación humana. Es lo que se denomina «paradigma» del lenguaje. Y esta comunicación humana se verifica según las posibilidades de las secuencias habladas o sintag– mas. Afirmar en el lenguaje su estructuralismo equivale a afirmar que es «un sistema de elementos, dotado de una determinada forma que le carac– teriza y le opone a otros sistemas que tienen otras formas» 97 • El estructuralismo, en lingüística, suele tomar como punto histórico de partida el libro póstumo de F. de Saussure, Cours de linguistique genérale (1916). Desde entonces, todas las investigaciones realizadas en torno al lenguaje se autocalifican de estructurales. Aunque obedezcan a criterios muy diversos. Por ello, el concepto de estructuralismo en lingüística abar– ca acepciones muy amplias unas veces. Y otras, en cambio, demasiado restringidas. Entre las primeras, pueden ubicarse las investigaciones que han subrayado el carácter sistemático y abstracto del lenguaje, en cuanto su acción comunicativa obedece a reglas determinadas. En este sentido, es estructural la lingüística de muchos autores indios y la tradición gra– matical greco-latina. E incluso, la misma lingüística precursora del estruc– turalismo moderno es también estructuralista. Entre las segundas, se en– cuentran aquellas corrientes que pretenden monopolizar la acepción de «estructuralismo» refiriéndolo sólo a los estudios norteamericanos de ten– dencia bloomfieldiana. Con todo, siguiendo a Lepschy, podría adoptarse una clasificación in– termedia de la noción de estructuralismo dentro de la lingüística actual. En ella, se daría cabida a diversas escuelas que se caracterizan por su intento de organizar el lenguaje desde «estructuras», por muy diferentes que éstas sean. Según esta clasificación, el estructuralismo lingüístico se plurificaría en las siguientes escuelas: de Praga, de Copenhague, funcional de Jakobson y Martinet, americana de Bloomfield y la transformacional– generativa, cuya figura más caracterizada es la de Chomsky ºª· Entre los diversos campos en que metodológicamente se vivisecciona el lenguaje para su estudio estructural se encuentra el de la semántica 99 . La semántica es definida tradicionalmente como la ciencia o la teoría de las significaciones lingüísticas. A diferencia de la fonología y de la sin- 97 B. Malmberg, Lingüística estructural y Comunicación humana (Madrid 1971) 20. 98 G. C. Lepschy, La lingüística estructural, tr. por C. Manzano (Barcelona 1971) 37-41. 99 S. Ullmann, Semántica. Introducción a la ciencia del significado, tr. por J. M. Ruiz-Werner reimp. 2 ed. (Madrid 1972) 6-13 hace una brevísima reseña de las fases históricas de la Semántica. Para una ampliación, H. Kronasser, Handbuch der Sema– siologie (Heidelberg 1952) y también, K. Baldinger, Die Semasiologie. Versuch eines überblicks CBerlin 1957). Sobre la historia del término «Semántica•, A. W. Read, 'An Account on the Work Semantics', Word 4 Cl948l 78-97.
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