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Lenguaje y Corpus Dionysiacum 51 En un acercamiento más hondo y positivo a la analítica, lo que nos descubre su característica metódica más peculiar es la rara habilidad que posee para trasladar los problemas filosóficos al ámbito de la gra– mática. Así, el problema de los universales es estudiado por los filósofos de la analítica dentro de la cuestión sobre la posibilidad de nombres con funcionamiento abstracto; las cuestiones morales son discutidas sobre la base de análisis de proposiciones imperativas o prescriptivas o puramente expresivas. Otro aspecto que desconcierta a la filosofía tradicional es el detallismo o fragmentarismo. Es decir, las discusiones de la analítica se realizan siem– pre en torno a temas muy concretos y determinados -«piece-meal»-. Esto no quiere decir que la analítica no sea un sistema que da explicación del mundo, del hombre y de Dios. Como diría Gellner, se trata de una filo– sofía del cosmos, del conocimiento humano y del lenguaje 81 . A nuestra investigación interesa, &obre todo, la especulación analítica acerca del lenguaje, para seleccionar elementos aprovechables a la hora de examinar el lenguaje del CD. Contrariamente a la teoría común de considerar el lenguaje como un espejo de la realidad, la analítica lo considera de manera naturalista. El hombre es, por antonomasia, vida, acción. Y sus coordenadas condicio– nantes son la necesidad y la circunstancia. Movido por ellas, el hombre realiza múltiples actividades: pasea, come, bebe, juega. Para cada circuns– tancia y necesidad él tiene adecuada respuesta. Entre las cosas que realiza se encuentra la del lenguaje. Aún más, para el hombre la actividad lin– güística es ineludible y ningún sistema artificial de signos, por muy per– fecto que sea, puede sustituirla, en sus variadas formas reales. Con el lenguaje, el hombre manda, implora, describe aspectos de un objeto o da sus medidas, formula hechos o presenta resultados de una experiencia. El lenguaje es un instrumento más dentro de los utilizados por el hombre a2_ La analítica presenta estas ideas acerca del lenguaje bajo la noción de «juegos» Clanguage-games o en términología alemana de Wittgenstein Sprach-Spiele). Los mismos rasgos con que se caracterizan los juegos con– vienen al lenguaje. trica puede ser proyectada de varías maneras: cada una de éstas corresponde a un lenguaje diferente pero las propiedades de proyección de la figura original permane– cen inmutables, cualesquiera que sea el modo de proyección que se adopte. Tales pro– piedades proyectivas corresponden a aquello que tienen n común la proposición y el hecho atómico, siempre que la proposición asevere el hecho. Estas tesis del Tractatus ... se encuentran rechazadas en Philosophische Untersu– chungen, •Philosophical Investigations», tr. del alemán al inglés por G. E. Anscombe (Oxford 1956) y en Los Cuadernos azul y marrón, tr. pr. F. G. Guillén [Madrid 1968) del mismo Wittgenstein. Como visión introductoria de estos dos períodos de pensamien– to puede verse J. Ferrater Mora y otros, Las filosofías de Ludwing Wittgenstein (Bar– celona 1966). 81 M. J. Charlesworth, Philosophy ..., 7-8. También, E. Gellner, Palabras y Cosas, tr. por M. Acheroff [Madrid 1962) 19-25. 82 lb., 21-22.