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Lenguaje y Corpus Dionysiacum 49 metafísicas carentes de sentido. Otro afecta al lenguaje del místico. De hecho, se habla con frecuencia de que la naturaleza de Dios es un mis– terio transcendente al entendimiento humano o lo que es igual -según el neopositivismo lógico-, no cae dentro de nuestra dimensión intelec– tual científica. Es algo «ininteligible». Sin embargo, la experiencia per– sonal del místico está dispuesta a afirmar una intuición de la divinidad. Pero resulta que tal intuición, después, tiene como objeto algo «inenarra– ble», «inefable». Ni ojo vio, ni oído oyó, podría exclamar con san Pablo, el místico. Y, entonces, la gran tragedia de la comunicación humana con– siste en que cuando un hombre pretende expresar una experiencia, tan importante como la religiosa, se ve constreñido a decir «sin-sentido». El lenguaje del místico sería la locura del lenguaje. En general, el neopositivismo lógico como orientación filosófica queda al margen de las preocupaciones que motivaron la presente investigación y que, metodológicamente, la dirigen. Con todo, nos ha sido útil como criterio delimitador de las fronteras metafísicas en que se instala el len– guaje del CD. Lo apofático y lo catafático o teología negativa y positiva de Dios es a la vez inmanente y tranacendente al mundo. Y, para el CD, se presenta como algo más allá de lo empírico y también dentro de ello. Algo sin lo cual, no tiene sentido ninguna explicación científica, por muy científica que sea. Esto es, para el neopositivismo lógico, ubicarse en ám– bitos líricos y poéticos. Pero si lo lírico y lo poético nos descubre el rostro de Dios y nos explica y sustancia a nosotros mismos, el criterio seguido en nuestra investigación ha sido el de preferir lo lírico y lo poético a lo científico, tal como es concebido por el neopositivismo lógico. Por otra parte, queda también al margen de nuestros propósitos el realizar una transposición del lenguaje del CD a un lenguaje lógico en la medida de lo posible en aras de armonizar el pensamiento pseudo– dionisíaco con el moderno. Bochenski y Ladriére han presentado investi– gaciones de este tipo, referidas al lenguaje religioso en general y al len– guaje de la fe en particular 1s. Bajo este aspecto, el CD descansa en dos creencias básicas: la de la autoridad de la sagrada escritura y la de la capacidad del lenguaje para descubrir por vía catafática y apofática «algo» del insondable misterio de la divinidad 76 • Estas dos creencias básicas podrían servir de axiomas 75 J. M. Bochenski, La lógica de la religión, tr. por Saad Chedid (Buenos Aires 1967l 63-97. En este capitulo Bochenski acerca el discurso religioso a la estructura del discurso físico más que al matemático. Así en p. 75. J. Ladriere, L'articulation du sens. Discours scientifique et paro/e de la foi (Paris 1970). Sobre todo, 227-241. 76 Así, en DN 588c, por ejemplo. Una ampliación introductoria de estas ideas: G. Horn, 'Comment Denys le pseudo-Aréopagite intérprete l'Ecriture, d'aprés la Hié– rarchie céleste', Recherches des Sciences Religieuses 20 (1930) 45-48; W. Lossky, 'La Theologie négative dans la doctrine de Denys l'Aréopagite', Revue des Sciences Philo– sophiques et theologiques 28 (1939) 204-21; R. Roques, Structures théologiques de la Gnose á Richard de Saint Víctor. Essais et analyses critiques (París 1962) 61-240, toda esta segunda parte de la obra de Roques está dedicada a los problemas dionisiacos Y entre ellos, trata el de «sus teologías•; P. Scazzoso, Ricerche sulla struttura del lin– guaggio dello Pseudo-Dionigi Areopagita (Milano 1967) 111-27. En 112 advierte el juego 4

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