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Lenguaje y Corpus Dionysiacum 47 La verificación de tipo indirecto es más importante. En este segundo caso, se trata de proposiciones que no son verificables en sí mismas, pero sí mediante verificación directa de otras proposiciones que se deducen de las primeras y que pueden unirse a otras proposiciones ya verificadas con anterioridad 12. De esta manera, toda aseveración científica debe o afirmr algo acerca de percepciones actuales u otra clase de observaciones y, entonces, es verificable por ellas mismas, o afirmar enunciados acerca de futuras expe– riencias deducibles de la unóin de datos científicos y otros que se someten por el científico a constatación empírica. Todo aquello que caiga fuera de esta dimensión, no pertenece a la ciencia. Y su lenguaje no es signi– ficativo científicamente hablando. Es un pseudo-lenguaje. De este tipo es toda enunciación metafísica o religiosa. K. Popper, con cualquier área significativa que no sea la ciencia, es mucho más benevolente. En sus escritos propone dos puntos de reflexión. El primero tiene por objeto determinar un criterio que permita distinguir las «ciencias empíricas», por un lado, y los conocimientos metafísicos o de otra índole, por otro. El segundo, decidir el ámbito y la explicación de tal criterio. La ciencia es estrictamente empírica y su criterio de demarcación, según Popper, es el de la falsabilidad. Existen contextos significativos de otra índole no empírica: filosóficos, estéticos, religiosos, etc. Pero su signi– ficado no es «científico». Según esto, una teoría para que sea científica ha de ser falsable. Es decir, ha de poder dividir de modo inequívoco la clase de todos sus posibles enunciados básicos en dos subclases no vacías. La primera subclase contendría todos los enunciados básicos que la teoría excluye o prohibe y que son «posibles falsadores». La segunda subclase contendría, a su vez, los demás enunciados básicos con los que la teoría no está en contradicción o que permite 73 • En el ámbito del lenguaje religioso, las doctrinas del neopositivismo lógico configuran un ateísmo sin precedentes en la historia del pensamien– to humano: el ateísmo semántico. No se trata ya ni del agnosticismo ni de la afirmación de que las proposiciones del tipo «Dios existe» o «Dios es Uno y Trino» carecen de sólidas razones probativas. Es algo de mayor profundidad. Se trata de sostener que tales proposiciones ni son verdade– ras ni falsas, por carecer de significado. Tomando como punto de partida la teoría neopositivista de la ciencia, del principio de verificabilidad y del lenguaje ideal físico-matemático, se comprende fácilmente la postura que adopta el Círculo de Viena ante la religión. Esta postura razona con dialéctica diferente, según el modo ex– presivo sea animístico o no animístico. 72 R. Carnap, Filosofía. y Sintaxis lógica., tr. por C. N. Molina (México 1963) 7-8. 73 K. R. Popper, La. lógica. de la. investigación científica., tr. por V. Sánchez de Zavala (Madrid 1962) 39-42.

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