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40 Vicente Muñiz Rodríguez la originalidad del Areopagita en el campo de la espiritualidad cristiana estribó en haber descubierto la utilidad que podía tener para la expre– sión de la mística cristiana el uso sistemático del lenguaje ritual y mis– térico pagano. Este lenguaje es recibido por el Pseudo-Dionisio a través de la filosofía helénica 55. Desde que los monofisitas fueron los primeros en acudir al CD, para fundamentar sus posiciones cristológicas, el Pseudo-Dionisioo ha sufrido velada o explícitamente, en mayor o menor grado, la acusación de hereje. ¿Fue monofisita el Pseudo-Dionisio? U. von Balthasar afirma que es orto– doxo no en la línea del calcedonianismo estricto, sino en aquella del neo– calcedonianismo que, en realidad, menos el nombre tomará lo esencial de la teología condenada bajo la denominación de «monofisitismo» 56 • Dogma y neoplatonismo son las instancias que, según R. Roques, mueven la doc– trina cristológica dionisíaca. En una primera constatación, el Cristo aero– pagita es una de las Hipóstasis de la Trinidad CDN 592a), causa universal y medida de todas las cosas (DN 648cJ. Pero, al mismo tiempo, es verda– dero hombre. A excepción del pecado, el Verbo asume la totalidad de nuestra condición CEH 444a, c) y la ziv(l):;u:; (DN 649a) dan al Verbo una existencia divina, según la carne CEH 444bl. De este modo, la actividad que reviste esta humanización es calificada con toda prioridad por el adje– tivo «teándrico». Sin embargo, el CD no nos habla nunca de una «physis» humana para Cristo y, cuando este término se aplica al Verbo, designa solamente la «physis» divina que se encarna sin alteración ni división CEH 444cJ s 7 _ Según R. Roques, ha de excluirse del CD la herejía monofisita, tanto en su formulación severiana como en la más radical de Pedro el Iberio. En cuanto al Henotikon, el Areopagita acepta su programa irénico, sin anatematizar ni a Eutiques ni a Nestorio, mostrando libertad notable frente a las decisiones de Calcedonia y de Cirilo de Alejandría 58 . Una explicación parcial de la cristología dionisíaca puede venir desde la instancia neoplatónica. En ésta lo Múltiple se expande a partir del Uno. La encarnación redentora, desde esta instancia, es como un proceso en el que el Uno o el Bien (Diosl se difunde generosamente para constituir la jerarquía de los seres. Este movimiento ni altera al Uno, ni lo corrom– pe ni lo divide. El Verbo aparece, entonces, como Uno y como Hacedor 55 P. Parente, Questiones de Mystica Terminología ad mentem Pseudo-Areopagitae et Sanctorum Patrum (Washington 1941l 7-13, 33-49. Esta obra de difícil localización, en la actuaildad, la he podido utilizar gracias a la xerocopia que de ella me hizo P. Nelson, bibliotecario del Colegio Internacional Franciscano-Capuchino de Roma. Mis más expresivas gracias. 56 U. von Balthasar, 'Das Scholienwerk des Johannes von Scythopolis', Scholastik 15 (1940) 16-38. El término «neocalcedonismo» ha sido acuñado por J. Lebob, Le mono– physisme sévérien (Louvain 19091. Esta investigación, junto con 'La Christologie du monophysisme sévérien' en Das Konzil van Chalkedon I (Würzburg 1951) 425-580 son textos básicos para fijar el ámbito del pensamiento dionisíaco. 57 R. Roques, a. c., DS 280-83. 58 lb.
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