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38 Vicente Muñiz Rodríguez tantes, indicamos algunos. Quién considera de capital importancia la teología trinitaria; quién pone de relieve el entronque del Pseudo-Dionisia con la espiritualidad de la escuela alejandrina y de los capadocios; quién, finalmente, coloca en primer plano, la cristología 47 . La naturaleza divina en el CD ha sido estudiada, sobre todo, por Weertz y Semmelroth 48 • Sin embargo, es Lossky el que defiende la teología trini– taria en la obra pseudo-dionisíaca como la máxima especulación orien– tal sistematizada de este tema 49 • Los caminos contrarios de la teología positiva y negativa se complementan y tienen fundamento real en Dios mismo: en su unidad y trinidad. Precisamente, es el carácter trinitario de la divinidad lo que distingue radicalmente la teología areopagita de la neoplatónica. Según Lossky, mientras la espiritualidad occidental acentúa la uni– dad de naturaleza divina, originando con ello una teología cristocén– trica, la espiritualidad oriental acentúa el misterio trinitario, dando lugar a una teología teocéntrica en donde se manifiesta al hombre el abismo existente entre su ser creado y el Increado. Así, subraya la diferencia que en el CD se da entre las «uniones» divinas (i·1ói:;zt:;) y las «distin– ciones» divinas (0ta.zpi:i2t::;). entre la Esencia secreta (Ü:;:a.p~t:;, o~:i[a.) y las procesiones revelables (:;:ocíoood Lossky distingue dos clases de procesiones divinas. La primera per~anece, como unificación supraesencial de la divi– nidad, en la misma esencia divina. En ella, se nos manifiesta Dios Trino, que se encuentra, así, todo a la vez en el corazón mismo de la teología positiva como owzp[::12t::; y de la teología negativa como sv,:i:;st:;. la segunda consiste en una como salida al exterior de la divinidad por la que es creado el mundo, es conservado y camina hacia su deificación. El peligro del panteísmo se salva, porque se establece rígida separación entre la esencia incomunicable de Dios y las energías increadas (ideas ejemplares o paradigmas) que en ella se encuentran y que son como el principio ori– ginal de todos los seres creados. La obra areopagita, en la espiritualidad cristiana, ha ejercido incon- 47 Dentro de estos tres grandes temas, iremos haciendo revisión de los más impor– tantes estudios pseudo-dionisíacos hasta el momento actual que se refieren a la doc– trina areopagita en su versión cristiana. 48 H. Weertz, 'Die Gotteslehre des sog. Dionysius Areopagita', Theologie und Glaube 4 (1912) 637-59; 'Die Gotteslehre des sog. Dionysius Areopagita, Gott als das Gute', Theologíe und G!aube 6 (1914) 812-31; O. Semmelroth, Das ausstrahlende und emporzie– hende Lícht. Die Theo/ogíe des Pseudo-Dionysius Areopagita in systematischer Darstel– lung. Dissertation monn 1947). Los ejemplares están dactilografiados. No obstante, han sido publicados muchos de sus capítulos en forma de artículos sueltos. Así: 'Gottes überwessentliche Einheit. Zur Gottes-Lehre des Pseudo-Dionysius', Scholastik 25 (1950) 209-34 y 'Gottes geeinte Vielheit. Zur Gotteslehre des Pseudo-Dionysius', Scholastik 25 (1950) 389-403. 49 V. Lossky, Essai sur la Theologie mystique de l'Eglise d'Orient (París 1944) 63 y 71; 'La Theologie negativo dans la doctrine de Denys l'Areopagite', Revue des Sciences Philosophiques et Theo!ogiques 28 (1939) 204-221. La tesis trinitaria de Lossky es recha– zada, entre otros, por I. Hausherr, 'Dogme et Spiritualité Orientale', Revue d'Aseetique et de Mystique 23 (1947) 3-37.
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