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Investigación pseudo-dionisíaca actual 33 3. Doctrina del CD: El número de estudios realizados sobre el autor y la cronología del CD desborda el de los dedicados a su doctrina. Y, aún éstos últimos, se han visto impregnados por la parcialidad de visiones unilaterales. La doctrina areopagita más que en sí misma y en su originalidad ha sido investigada en dependencia de sus nexos y relaciones con el pensamiento filosófico– teológico anterior y de sus influencias posteriores en la vida espiritual cristiana. En efecto, el Pseudo-Dionisia aparece como el último estadio en el que convergen, estructurados de manera férrea, elementos cristianos y platónicos, gnósticos y bíblicos, estoicos y patrísticos. De aquí, que los autores nos ofrezcan una imagen dispar del Pseudo-Dionisia. A veces, se le presenta como pensador neoplatónico, asimilador del cristianismo. Otras veces, se hace gran hincapié en la originalidad cristiana. En esta línea, se resaltan los diversos elementos revelados en cuyo ámbito se mueve el cristianismo en el CD. Así, la Trinidad, la vida espiritual, la cristología o el tema fundamental de la creación. Algún autor, incluso, detalla la ima– gen del liturgo y pastor de almas que se descubre en la obra pseudo– dionisíaca y las connivencias lingüísticas con ritos y misterios paganos. Una sucinta visión de estas líneas interpretativas puede colocarnos, con exactitud, en el punto inicial de la prnsente investigación marcando sus metas y propósitos. a) Interpretación neoplatónica 40 . El sistema pseudo-dionisíaco manifiesta un conjunto de notas y carac– teres, típicos de los sistemas neoplatónicos, especialmente en las versiones de Jámblico, Plotino y Proclo. Para hacernos una idea de la razón inter– pretativa neoplatónica, es suficiente indicar los puntos de coincidencia más sobresalientes entre el CD y las doctrinas neoplatónicas. Entre estos puntos de coincidencia merecen ser destacados: la estructura externa y orgánica del sistema, los principios motores del mismo y su lenguaje expresivo. El problema que subyace en la organización de todos los sistemas neo– platónicos es el de la unidad y la multiplicidad. La consideración pro– funda, que en torno al Uno hacen, importa la afirmación de su infinitud y necesidad, convirtiendo en cuestión de debate lo múltiple. ¿Cómo es posible la existencia de lo múltiple, si el Uno agota el ser? A este plan– teamiento del problema, los filósofos neoplatónicos responden con onto– logías cosmológicas de estructura jerárquica, en cuya interioridad una dialéctica, muy característica, realiza la dinámica del proceso cósmico. 40 Ya en las condenas de Lutero y Erasmo se alude a esta interpretación neoplató– nica del Pseudo-Dionisia. Dentro de esta corriente interpretativa son pilares básicos los trabajos de Koch y Stiglmayr. Los elementos platónicos que subyacen en el Pseudo– Dionisio son reconocidos por todos. Se discute sólo por algunos el que dichos elementos advengan al Pseudo-Dionisio a través de Proclo, Jámblico o Plotino y no pueda suceder a la inversa. 3

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