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Investigación pseudo-dionisíaca actual 25 no podrá sostener que el autor del CD fuese Dionisia Areopagita o bien otro autor de esta época. Y viceversa. Ineludiblemente la cuestión cronológica se entremezcla y complica con la de la autenticidad. Y a ella conduce naturalmente. 2. Autor del CD. La exclusión de Dionisia Areopagita como autor del CD se realiza pasando por alto una tradición de diez siglos que así lo propone y afirma. Dionisia Areopagita fue, para esta tradición también, al lado de san Agus– tín, una de las fuentes cristianas de mayor prestigio en la época medieval. Hasta tal punto, que el normal calificativo con que se le designó fue el de «divino». La obra areopagita, paralelamente al libro De Causis con Boecio y Calcidio, fue igualmente una de las mejores transmisoras del neoplatonismo al medievo. Numerosos son los eslabones que encadenan esta tradición areopagita. Baste enumerar los más significativos. Al final del siglo sexto, tenemos a León de Bizancio y al Papa Gregorio Magno; en el siglo séptimo, mono– teletas herejes y católicos tanto en el sínodo de Letrán como en el de Constantinopla aceptan la autenticidad de Dionisia Areopagita, como autor del CD. También se destaca en este siglo la figura de Máximo el Confesor. En el siglo octavo, Juan Damasceno; en el siglo noveno, el Papa Nicolás I e Hilduino, abad del monasterio de S. Dionisia de París. En el siglo décimo y undécimo, Elías de Creta y el gran comentador Suidas. En el siglo duodécimo, Pedro Lombardo, Hugo de S. Víctor y toda su escuela. En el siglo décimotercero, santo Tomás, Nicéforo Calisto y san Buenaventura. En los siglos décimocuarto y décimoquinto, el cardenal Bessarión, Dionisia Cartujano y Teodoro Pródromo. Esta tradición va, después, perdiendo terreno. Pero, con todo, es man– tenida aún por figuras como Benito de Canfield, san Juan de la Cruz, Lessio, Corderio y el mismo Fenelón. En el siglo diecinueve, la apoyan G. Darboy y J. Dulac y todavía, en nuestros días, aunque no sea más, E. Turolla exonera de falsario al autor del CD, colocándolo en las primeras etapas del cristianismo. La tradición defensora de Dionisia Areopagita como autor del CD, está en Occidente unida muy estrechamente al uso que de estos escritos hicie– ron los Sumos Pontífices 9 • Así, Gregario Magno en su Homilía 34 sobre el evangelio de san Lucas anuncia al Occidente que el CD tiene como autor a Dionisia Areopagita, convertido por san Pablo. Y otro Papa, Mar– tín I, asegura la autoridad y prestigio doctrinal del Areopagita dentro de la Iglesia en el Sínodo de Letrán del 649. 9 Ph. Chévaller, Dionysiaca recueil donnant l'ensemble des traductions latines des ouvrages attribués au Denys de l'Aréopage, I (Bruges 1937) LXVI.
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