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24 Vicente Muñiz Rodríguez La tesis de Koch y Stiglmayr fue recogida y mantenida, como defini– tiva e inapelable, por la investigación pseudo-dionisíaca durante muchos años. Los defensores de la autenticidad del Areopagita, como autor del CD, han pretendido, por el contrario, cambiar los papeles: no es el Pseudo– Dionisio quien plagia a Proclo, sino al contrario. Así, E. Turolla en su versión italiana del CD da en la introducción un enfoque nuevo a toda la problemática 7 • Afirma que la relación entre el De Malorum subsistentia de Proclo y los pasajes citados del DN es indiscutible. Lo discutible y nunca suficientemente probado es que sea el Areopagita quien dependa de Proclo. La solución de un problema sobre la prioridad cronológica entre dos autores ha de verificarse teniendo en cuenta la totalidad de datos. No sólo considerando algunos. Ahora bien, la totalidad de datos que la investigación pseudo-dionisíaca ofrece actualmente favorece la prioridad cronológica del Areopagita sobre Proclo. En efecto, los caracteres pro– fundos internos de los escritos dionisíacos parecen llevarnos en ritos y liturgia a tiempos anteriores a Proclo. E. Turolla coloca como un término ante quem seguro del que no puede pasarse el 325, Concilio de Nicea. La argumentación que aduce es la terminología cristológica. Sabemos que el Concilio de Nicea sancionó la fórmula ó¡woocrtoc; El CD desconoce tal térmi– no y emplea, por el contrario, el de 6,.e:prh::Hoc; que es en él netamente típico. Ante esto no queda más que el razonamiento siguiente: o el Pseudo– Dionisio es hereje o es anterior al Concilio de Nicea. En el primer caso, el autor del CD vive en el siglo sexto, pero no se ve cómo pueda la Iglesia favorecer y fomentar las doctrinas de un hereje. En cambio, si se admite que el autor del CD es anterior al 325, ha de admitirse también que es anterior cronológicamente a Proclo. Por otra parte, no puede tampoco echarse al olvido que ya Suidas y Pachymera, comentadores del Pseudo– Dionisio, acusaron a Proclo de plagiar los escritos areopagitas. Junto a Turolla, pero siguiendo un criterio litúrgico, el P. Schepens en un artículo publicado en Ephemerides Liturgicae, el año 1949, defiende el siglo segundo como cronología más aproximada. La liturgia dionisíaca es antiquísima, siempre según Schepens, y por comparación con otras litur– gias del siglo segundo, puede llegarse a esta conclusión 8 • Como puede observarse, en la cuestión cronológica la investigación se mueve en direc– ción doble. Una, que pudiéramos llamar tradicional y que defiende la antigüedad del CD, remontándolo hasta el siglo segundo del cristianismo. Otra, que podría ser arbitrariamente denominada moderna y que defiende los años 482 y 525 como términos a quo y ad quem de la composición del CD. Ambas direcciones implican una postura respecto al autor de estos escritos. Está claro que quien defienda la postura moderna en cronología, 7 E. Turolla, Dionigi Areopagita. Le opere (Padova 1956) 27-39. 8 P. Schepens, 'La liturgie de Denys le Pseudo-Areopagite', Ephemerides Liturgicae 4 (1949) 357-75. El camino litúrgico ha sido el menos explorado, para obtener una fija– ción cronológica del CD. Con todo, se revela esta dimensión litúrgica con trazas de tener posibilidades de mayor eficacia que las de los caminos seguidos hasta ahora. El mismo Schepens denuncia, al principio de este artículo, la ausencia de estudios serios sobre el tema. A este respecto, nos parece que el tratado EH está apenas por desbrozar.
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