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Investigación pseudo-dionisíaca actual 23 Esta misma fijación cronológica se obtiene a través del análisis doc– trinal de la obra misma en sí. El conjunto de la doctrina dionisíaca apa– rece como posterior a Calcedonia. La liturgia de la misa, descrita en el capítulo tercero de CH, cuenta ya con el canto del credo. Y, es sabido, que esta novedad fue introducida en la liturgia en el 476 por Pedro el Fullón. Se observa también que la cristología pseudo-dionisíaca está in– fluenciada por el decreto de unión solucionando la querella monofisita. Este decreto de unión fue publicado por el emperador Zenón y conocido con el nombre de Henotikon. Su fecha data del 482. Los pasajes cristo– lógicos del Pseudo-Dionlsio evitarían, por ello, las fórmulas duofisitas de Calcedonia igual que las fórmulas monofisitas intransigentes. Esta actitud correspondería, por otra parte, a las intenciones apolémicas del Pseudo– Dionisio, manifestadas en las EP6 y EP7. A todas estas razones debe añadirse la de la dependencia del CD respecto al neoplatonismo en sus figuras relevantes: Jámblico, Plotino y Proclo. Los estudios que asentaron definitivamente durante muchos años esta tesis fueron los de H. Roch y J. Stiglmayr 6 • La relación estre– cha entre Proclo y el Pseudo-Dionisia se descubre principalmente en el pasaje 716a, 733d del DN en el que se refleja y calca casi literalmente el De Malorum subsistentia de Proclo. Los esquemas lógico-metodológicos, fórmulas introductorias y conclusivas, la doctrina sobre el Uno, el Bien, la Belleza, la concepción jerárquica del ser y la angelología, son otros tantos puntos de contacto. Y, si a esto añadimos las influencias gnósticas y mistéricas probadas por una abundante, concorde y precisa terminolo– gía, tendremos el cuadro casi completo de las relaciones neoplatónicas con el CD. H. Koch establece en su artículo cuarenta lugares de Proclo que corresponden a otros tantos del Pseudo-Dionisia. Según Koch, Proclo no puede ser el plagiario, dado que mdica siempre las fuentes, mientras que el Pseudo-Dionisia las calla todas, excepto las tomadas de la sagrada Escritura. Stiglmayr llega a las mismas conclusiones, aunque procediendo con más cautela. Afirma que el CD intercala el tratado del mal desdiciendo notablemente en el vocabulario y estilo de las restantes obras dionisíacas. Y, sobre todo, lo que autoriza a creer que el Pseudo-Dionisia plagió a Proclo es, en este tratado, su desconcertante semejanza en la sucesión de los párrafos o series de pensamientos, así como en la forma de la argumentación y empleo de c.::,Jcuu,o.::, metafóricas y términos filosó– ficos con la obra proclea De Malorum snbsistentia. 6 H. Koch, 'Proclus als Quelle des Pseudo-Dionysius Areopagita in der Lehre vom Basen', Phílologus 54 (1895) 438-54; Pseudo-Dionysius Areopagita in seinen Beziehungen zum Neuplatonismus und Mysterienwesen, Forschungen zur Christlichen Litteratur– und Dogmengeschichte I 2 und 3 Herfte (Mainz 1900); J. Stiglmayr, 'Der Neuplatoniker Proclus als Vorlage des sogenannten Dionysius Areopagita in der Lehre vom übel', Historisches Jahrbuch der Gorres-Gesell schaft 16 (1895) 257-73 y 721-48; E. Elorduy, Ammonio Sakkas l. La doctrina de la creación y del mal en Proclo y el Ps. Areopagita <Burgos 1959) 30-34 hace examen detallado de los artículos de Stiglmayr.
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