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146 Vicente Muñiz Rodríguez Si se establece un paralelismo entre i-póoooc; y iltáxpt::;t:; se observan grandes analogías. Ambos términos abarcan dos contenidos semánticos fundamentales: uno, referido a la Tearquía en sí misma considerada; otro, a su manifestación ad extra. Por ello, el Pseudo-Dionisio, al hablar de la ~táxot:Jtc;, nos dice que en cada distinción se dan uniones y distinciones reldtivas. Es decir, en las ilw:xpícr2t:; se dan predicados comunes a todas las Personas divinas, en cuanto poseen unidad de naturaleza. De tales predicados, el Pseudo-Dionisio ofrece un elenco completo 317 • Y se dan, igualmente, atributos propios a cada Persona, no reciprocables entre sí. Todos estos atributos pueden ser o, de hecho caer, bajo la denominación también de i-poooo:;. Profundizando más en el tema, el Pseudo-Dionisio en DN 649b nos habla ya de otra clase de ,,;pooilot, aquellos cuyo resultado es una teofanía ad extra en el cosmos. Dichos i-pooilot obedecen a una providencia divina bondadosa. El adjetivo que en estas ocasiones acompaña a nuestro térmi– no se caracteriza porque contiene elementos semánticos pertenecientes a la dimensión de la creación. Se trata del adjetivo oucrtoTcoto:; en cuyo constitutivo entra i-otÉm q1.ie, como se indicó anteriormente, es utilizado, entre otros, por los símbolos cristianos de los primeros siglos, calificando la actividad creadora de la divinidad 318 . También, otras veces, con el tér– mino i-oóoooc;, se designa las transmisiones de los dones divinos a las jerar– quías tlel universo, siguiendo la ley de la mediación jerárquica. Pero, en este caso, el serna del i-póooo:; pseudo-dionisíaco se diferencia sustancial– mente del de los neoplatónicos. En efecto, para estos últimos, la actividad emanacionista compete a las Enades o dioses inferiores también, cosa que es totalmente ajena a la especulación areopagita. La actividad teárquica sola y únicamente compete a la realidad divina. Con esto cae uno en la cuenta que tanto ,,;póoooc; como i!x711vcrtc; son de algún modo itU.11¡1.'ftc; enten– dido este término en sentido amplio. Es decir, como el conjunto de dones divinos y de teofanías 319. Siendo esto así, no extraña que la ifxq;;av'Jtc; sea el fruto y resultado, en su estructura y configuración, de los ~poóoot que tienen origen en la bondad divina. Por otro lado, el Pseudo-Dionisio jamás recurre en apoyo de sus afir– maciones, a las autoridades filosóficas neoplatónicas. Ni Plotino, ni Jám– blico ni Proclo son citados. En cambio, sí lo es y, en este tema de manera 317 DN 64lab, en donde el desarrollo del pensamiento, conduce al Pseudo-Dionisia a acudir a la metáfora de la luz de las lámparas de una casa nos dejan ver todas las cosas en «una sola luz•. 318 Así, en DN 816b y 825a. El adjetivo que con más frecuencia califica a "r.póoiloc;" es, no obstante, ,dT'z! lor.pm* • DN 640d, 649b, 712c con •dra&óc;,, por citar algunos ejemplos. 319 En sentido más estricto, la "s/J,ap.~t<;ll designa solamente la actividad ilumina– tiva jerárquica que afecta sobre todo a los órdenes jerárquicos medios de cada tríada. No se olvida que la triple actividad divinizadora es indisociable en sus aspectos, aun– que uno en particular se atribuya a cada orden jerárquico. R. Roques, L'Univers dio– nysien... 125-28.

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