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142 Vicente Muñiz Rodríguez naturaleza, siempre siguiendo la ley de la mediación. «Nos es imposible saber nada de los misterios que conciernen a los espíritus supercelestes y sus muy santas perfecciones, a menos que nos sea dicho por su inter– mediario. Mientras ellos saben bien lo que les compete en propiedad, la Tearquía nos ha comunicado a nosotros estas cosas de modo misterio– so» 306_ En consecuencia, el Areopagita afirma que se va a limitar a expo– ner aquello que ha recibido por santa iniciación 307 • Como es sabido, el fundamento de la especulación angélica aeropagita no encuentra en la sagrada Escritura, como él parece afirmar insistentemente, muchos pun– tos de apoyo 308. Una última anotación, antes de pasar al análisis del DN. A propó– sito del término ,;;povow». En nuestra visión morfológica indicamos cómo este vocablo no ofrecía usos relevantes en CH y EH, referida a la cons– telación semántica de &wpz[a. Esto no quiere decir que esté marginado su serna en el pensamiento elaborador del universo dionisíaco o de sus leyes. Más bien este término parece irse «creciendo semánticamente» dentro de todo el CD, hasta llegar a cobrar como una autonomía propia, y debiera ser tratado de forma independiente a los nombres con los que la realidad divina se designan y cuya importancia casi llega a igualar. Por lo que se refiere a CH y EH es utilizado 10 veces en la primera y sólo dos en la segunda. En cambio, el DN lo usa 30 veces y las EP, 7. Esto ya nos indica cómo el núcleo de la especulación areopagita en torno a ;;oóvota debe ser buscado en el DN. Analizando brevemente los empleos de ;;~ó•;ota en CH y EH, vemos que hacen alusión algunas veces a la ley de 1~ me– diación, sometida a la providencia divina. Otras, enlaza con &sót'l]<;, o nos habla de la «unicidad» de Providencia. En este último caso, guarda estre– cha relación con la actividad jerárquica que es también única y que en 306 CH VI 1 C27-31 (200cl. 307 lb. C31. Después de san Pablo, ha sido Hieroteo quien ha •iniciado el Pseudo– Dionisio• en la exégesis de la palabra de Dios, Sobre esta iniciación DN 681ab. Para el empleo de términos misteriosos (iniciados, no-iniciaos, etc. H. Koch, Dionysius Areo– pagita In seinen Beziehungen zum Neuplatonismu und Mysterienssen, todo el cap. III, especialmente p. 97. 308 El Pseudo-Dionisio afirma repetidamente que cuanto dirá sobre los espíritus celestes será solamente un tentativo de ordenar el material preveniente de la sagrada escritura. Roques en la introducción a la edición crítica de CH LVII-LXXI, estudia las fuentes neoplatónicas y cristianas de la angelología areopagita. Mientras es escasa la especulación angelológica proveniente de la sagrada escritura, no lo es tanto la proveniente de la patrística. A este respecto es curioso indicar, cómo Roques aduce un texto del Pseudo-Atanasio en el tratado anónimo De communi essentia Patris, et Filii et Spiritus Sancti, aproximándolo a las concepciones dionisíacas. Aduzco este dato, porque corno se recordará, fue precisamente el Pseudo-Atanasia en este libro quien utilizó por primera vez el término Tearquía. Quizás un estudio comparativo de ambos autores nos diera resultados imprevistos. De todas formas, la dependencia del Pseudo– Dionisio respecto de la patrística especialmente de san Juan Crisóstomo y Gregario Nacianceno están fuera de dudas. Cf. A. Wenger, Huit Catéchéses baptismales (Paris 1957) VII cap. 20. Sobre las opiniones de los Santos Padres respecto a la significación de ángel como •mensajero» unidas al texto platónico del Banquete (202 D-EJ y una visión de toda la especulación angélica cristiana hasta su tiempo, ver: Petau, De ange– lis, II, 1-3, pp. 104-117, en Opus de theologicis dogmatibus rnar-le-Duc 1868) en donde se nos da también todas las etimologías clásicas anteriores al Pseudo-Dionisio.
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