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136 Vicente Muñiz Rodríguez cual se ajustará la imitación divina según este modo» 283 • Si se toma, como ejemplo, la primera jerarquía tenemos que le compete perfeccionar. Es ésta, pues, la dimensión en que se mueve su actividad. Dentro de ella, unos perfeccionan Clos serafines) otros son perfeccionados, los querubi– nes y tronos. Estos últimos reciben la perfección de los segundos y éstos, a su vez, de los primeros. En la jerarquía eclesiástica, en cambio, la mi– sión de perfeccionar compete a los obispos, la de iluminar a los sacerdotes y la de purificar a los ministros 2 3 9_ Por último, no se ha de olvidar que si bien la actividad teárquica, en cuanto tal, permanece siempre una e idén– tica, es recibida, sin embargo, según la capacidad de cada serie triádica. Según dvrú,o·í[a xai :,(J¡1p.,n:p[a En conformidad con los cuales, cada sujeto goza de dignidad propia (d~[a) 290 • De esta forma, la actividad teárquica cobra dimensiones de ley intrínseca a cada sujeto, en su capacidad esen– cial que es un don también teárquico y de ley cósmica. Esto último, en el sentido, de que todo el universo dionisíaco obedece a una común aspi– ración divinizadora 2 91. La segunda ley teárquica es la de la mediación. Excepto las inteligen– cias de la primera jerarquía, unidas directamente (d1ufoox;) a la Tearquía, todas las demás reciben la actividad teárquica de manera mediata. La CH y la EH lo repite casi constantemente. Resumiendo sus ideas, el Pseudo– Dionisio nos dice: «según la misma ley que rige el orden de la naturaleza, si bien en condiciones que sobrepasan toda naturaleza {llr:cp9(Joi:;) la Ta– xiarquía, tanto de lo visible como de lo invisible, manifiesta en primer lugar el fulgor de su propia luz a las esencias más altas y, a través de ellas, reciben las que les siguen la luz divina... 292. 288 CH, III 2 B27-C32: «Ofo•, tá~t; tsv1.p¡Ja; btt to tou; 11.s·, xaltaips:rltm, tau~ os xa- &cdpetv ~a~ to~~" p-~: q,rn-c{:::2;1tt~t, ,~o:J~ ú[ 7 1 or¡:{t:ÉtV xat to~:; 11S•1 -c2/~sf:rt}at 1 ¡:o~; OE -c2/,.s:noup¡cTv, Éxá:rttp 1:0 &cop.t¡n¡tov o:pi10:;st xata to•; os -;:0-.1 tpo7:ov». Como ya hemos indicado en otro lugar, la diacronía y filiación histórica de estos términos ,<xálhzp:rt~», <<tp(tJttC:s:r&m» y «,ú.sfol}m» y sus correspondientes activos ha sido estudiada por H. Koch, Dionysius Areopagita in seinen Beziehungen zum Neuplatonis– mus und Mysterienwessen (Mainz 1900) 81-82, 136, 177-178 y 193, para xá!lap:rt;; para ww,i'.::s:r&m y términos equivalentes 30, 75, 156, 164 y 178 y para ,s).slw:rt; y términos derivados, 69, 79, 98, 101-103, 130, 132, 147, 150-97, etc. 289 EH 505ad y 508a. 290 R. Roques, 'La notion dionysienne de Hierarchie', I, 191, en donde estudia el término <<JLsc:po•;» y sus derivados. Igualmente: W. Lossky, 'Notion des «analogies• chez Denys le Pseudo-Areopagita', Archives d'histoire doctrinale et littéraire du Moyen Age, 5 (1930) especialmente 289-292 y 294-296. Un resumen de todas las conclusiones de su estudio, nos lo ofrece en p. 308. La función de la «d~ia» consiste esencialmente en fijar la dignidad de cada "''·m.,.u '"-'-" actualmente realizada y asignada a cada ",á~t;» por Dios. Así, p. 296. 291 R. Roques, L'univers dionysien... 36-59. Especialmente sus referencias a las cosmologías estoicas, en lo que tienen de aspiración universal originadas por un mis– mo esfuerzo, en p. 58, n. 5 y la relación del universo dionisíaco con la «auV1:ov/a,,, en p. 47, n. 3. 292 CH XIII, 3 C30-35 (30lcl: «xm:ci. -::ov au-::r)') o2iv -:-1¡; rpu:ruá); su-::a~ia; i,ó"ío'; Ú;:;spcpuw; r¡ r:á:rr¡; , , __ ,,, ;;.. '_,, ''1 f ~.1 eu~w~iua::; ~patr¡:; ~at ~ aopa~ou 7.fJ.~~ª,PIYX, ~r¡:; otY..,É~.:':; 1 ~~tooo::;ira:; (\.ªP-;P,r.:rt·ljt': ieptu 1 1:oya. 1 vw5 eV r:a- vot~w:ti:; X'JJc:::;t tat:; !.Vitsptcccai:; ou0w:t:; avo:'patvet x.tit ma 1:0:.r::wv r.a ou:1uxt -cr¡; &sta:; ax'ttvo:; p.s~ T.2-xou;Jt'J».

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