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120 Vicente Muñiz Rodríguez Los Nombres pertenecientes a cada distinción -a cada persona divi– na- afirma el Pseudo-Dionisio haberlos tratado, según la revelación de las escrituras santas, en un libro titulado , Ilepi u;:oná.,mo:;. 2 3 9 • Uniones y distinciones constituyen la realidad divina, en su unicidad y soledad infinitas. Tal realidad divina, concebida de este modo, podría ser deno– minada «Unitrinidad», siguiendo terminología dionisíaca. En un segundo momento, la mente humana puede pasar ya de la con– sideración de la realidad divina a la de sus «emanaciones» (wóooo:;) y «manifestaciones» (b:7,b'.it:;) ¿Cuál es el proceso que produce ai desbor– damiento de Dios en los seres creados? ¿Por qué camino se sucede desde Dios a 103 3eres relativos y contingentes? Es éste un punto, en donde entra en juego el concepto de creación. Si se intentara buscar el lugar -perdónese este modo de hablar hu– mano, referido a la divinidad--, de donde procede la acción expansiva ad extra de Dios, habría de ser localizado en las distinciones divinas. Al ser analizadas por el Pseudo-Dionisia, se indica que también en ellas se dan uniones y distinciones particulares 24 º. Para una mejor intelección y dife– renciación de estas distinciones y uniones particulares, podría añadir– seles el calificativo de «segundas», ya que no pueden identificarse con las tratadas anteriormente, constitutivas de la Unitrinidad. La diferencia más radical y absoluta entre las distinciones y uniones primeras y segun– das es que éstas últimas son creadas y contienen dentro de sí las notas según las cuales Dios crea. Se trata, pues, de las ideas ejemplares, del mundo p.:>,radigmático que ha de instalarse en la esfera de la divinidad. En efecto, el Pseudo-Dionisio distingue tres grandes categorías de reali– dades: las inteligibles, las inteligibles intelectuales y las simplemente intelectuales ('1u·r¡-:.óv, 'l'JT 1 -:.0·1 xa.l vuspó·1, %2[,dv). La primera corresponde a los le puede atribuir generalmente todos los nombres que expresan una negación por vía de eminencia» y los que pertenecen al orden de la causalidad, «d a!,w),o 1 mi .:ána: ,:o dlallóv, tO 1/JJ..Íin, tf1 ;;,;, ;), '.::wo¡óvo•;, -r:r) ::;wpr~v. Xr.Ú 0::;a Sx -:tÜ'; ,Z'yd}o-;:ps-::ÜJ'/ a?r::Y¡:; OmpstiJ'n> «Añadimos los nombres que competen a la causalidad de todas las cosas, Bondad, Belleza, Ser, Fuente de vida, Sabiduría e igualmente todos aquellos que hacen relación a los dones de esta divinidad». Las dos citas en 640b. Tales atributos competen a los vinidad toda entera. En 641 del DN, hace un elenco parecido de atributos, predi– cándolos de la Trinidad en cuanto comun y una en naturaleza, «oto; h:t 1:r,; Év<li:;w,; 1:7¡; &s{a~ T¡-:r;t i:f¡; Ó7:2po:.rJ1.ó-rr¡-:o:;, Í¡'JWtd'iO'I \12') 2:;-:1. -:ií Évap1.,tx'fj 'I'pu:to~, zr:Ú Y.OtvOv f¡ Úi:spo6::no:; lh:ae~t; f¡ Gr:éplho:; »-z61:1¡; ~ Ü1.2paTzíh):; ciTaf}ór'i:;, ci.;:ávi:m'; E:1:éxst-.ia -::ánmv Ol:r¡:; tOtó-:,¡-:o~ ta~-:Qtr¡:;, ~ Üi:Sp ÉvapyJa·1 É·1ó1:,¡i;,,. •Por ejemplo, según la unidad de la divina Supersustancialidad, se debe atribuir a la Uní-Trinidad que es principio, como atributos comunes, la Sustancialidad que transciende toda sustancia, Divinidad que transciende lo divino, Bondad que trans– ciende toda bondad, Identidad universalmente transcendente de carácter específico todo entero, Unidad que está por encima del principio de unidad». 239 Segun W. Lossky, Essaí sur la theologie mystique de l'Eglíse d'Oríent (París 19441 65, las uniones y distinciones sirven de fundamento a las dos teologías dioni– síacas: la positiva o catafática y la negativa o apofática. E. Corsini, o. c., en cambio no ve cómo puecta ser esto, dado que los atributos que para Lossky caen en la vía negativa, el Pseudo-Dionisio los trata como pertenecientes a la vía catafática. Las afirmaciones de E. Corsini se encuentran en n. 2, p. 40 de su obra. 240 DN 640d-64la. Cit. en nota 237.

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