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- 49 - Ahora bien; en el monismo no puede darse obligación moral; porque no se puede dar imputabilidad y, por lo tanto, responsabilidad. Las acciones imputables deben provenir de la voluntad que obre libremente. En el monismo la ímica vo– luntad libre será la del «yo universal)), no las de los demás «yos empíricosJ>, que no son individuos sustancialmente dis– tintos de los otros, independientes e incomunicables, en una palabra, personas, sino ((momentos transeúntes del yo me– tempírico)), los cuales «tienen que obrar en la conciencia de su identidad sustancial con el ser de todo otro sujetm) ( r). Y así, el hombre no será dueño de sus actos; ninguno de éstos podrá ser reprensible ni laudable: lo que equivale a echar por tierra todos los principios del orden moral. Así ar– gumentaba ya, en sustancia, Santo Tomás contra los Ave– rroístas ( 2 ). La segunda dificultad, más grave, se funda en la autono– mía de tal yo universal. Como queda dicho, el principio de «la suprema norma ética)) es el acto por el cual el yo ((Se en– cuentra a sí mismo como principio, absolutamente autónomo, de todo)). Asegura también Del Vecchio (3) que la necesidad de seguir tal ley no se recibe de afuera, ((al contrario, es la nega- (r) Ob. cit., p. 346. (2) ((Secundum istorum pos1t1onem destruuntur moralis Philosophiae principia: subtrahitur enim quidquid est in nobis. Non enim est aliquid in nobis nisi per voluntatem: unde et hoc ipsum voluntarium dicitur quod in nobis est. Voluntas autem in intellectu est....Si igitur intelleétus non est aliquid hujus hominis, ve! non est unum cum eo, ...non erit in homine voluntas; sed in intellec1:u separata, et ita hic horno non erit dominus sui ac1:us, nec aliquis e1us at1:us erit laudabilis vel vituperabilís: quod est di– vellere principia moralis philosophiae. Quod cum sit absurdum, et vitae hu– manae contrarium (--non enim esset necesse consiliari, nec leges ferre-) sequitur quod intellectussic uniatur nobis ut vere ex co et nobis fiat unum.n En «De Unitate intelleétus contra Averroisl:as Parisiensesn; en ((Opuscu– la Omni:rn, ed. P. Mandonnet, Parisiis, 1927, t. I, p. 56: (3) Ob. cit., p. 346. 4