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- 22 luntad es libre, no afirmamos que obre sin motivos, sino que és1os (los antecedentes de que hablaba Kant) no la de– terminan necesariamente; al contrario de como determinan a las causas no libres los antecedentes de ellas. La libertad se refiere, pues, al ((modol> cómo la causa pro– duce su efecto : éste -la acción libre-, físicamente consi– derado -después que ya existe-, puede ser análogo en un todo a cualquier otra acción de un ser viviente no libre (dos miradas, por ejemplo), y, por lo mismo, comparable a los fe– nómenos físicos; pero la libertad no por eso desaparece, por– que se refiere, no a la «existencial> ac1ual del alto, sino al «modo)) cómo vino a la existencia: no al (<Sern ya hecho, sino a su «fierÍJl, específicamente distinto del «fierÍl> de todos los fenómenos producidos por causas necesarias. Inválida es, por lo tanto, la objeción apuntada por Del Vecchio, que la acción humana, considerada como fenóme– no físico, si existe, no puede no existir; luego, si exis1e, tiene con la causa que la produce una relación necesaria; lue– go, si existe, es físicamente necesaria. Aquí se confunde el ((Sern de la acción ya existente con el «modm> cómo tal ser viene a la existencia: se deduce la necesidad del efecto por su relación con la causa, es decir, en virtud del principio de causalidad, lo cual no puede ha– cerse, repito, si no se presupone lo que se intenta demos– trar: que toda causa es necesaria. Y, finalmente, se confun– de la necesidad física con la puramente hipotética, condicio– nal : ((Si existe, no puede no existir -se dice--, luego es necesariall : no advirtiendo que en la proposición condicio– nal lo que se afirma es solamente la verdad del nexo lógico, pudiendo, en nuestro caso, decirse con igual derecho: «Si se da una acción libre, no puede menos de exis1ir libremente.n Resultado de es1e examen del concepto de la naturaleza en sentido físico, es que tal concepción es falsa, terminando

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