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LA FUENTE DE LA DOLOROSA L caer la tarde aquel triste día -tragedia divina del monte Calvario– bajaba, llorosa, la Virgen María teniendo en sus manos el Santo Sudario. Tenía en el pecho clavada una espada, espada de hierro que entró al corazón, y porque es de hierro sigue en él clavada y sólo se arranca con la contricción. Caía la tarde de aquel Viernes Santo, primero del mundo, ¡y qué triste fue!, la Virgen estaba sumida en su llanto, y por qué lloraba, ¡yo bien me lo sé! Del monte Calvario, al pie de la Cruz, una fuentecilla comenzó a correr, porque allí la Virgen, Madre de Jesús, fue a llorar de pena, en vez de beber. Labios de la Virgen que el agua probaron -labios que eran rosas marchitas de amor– de la fuentecilla las aguas cambiaron pues dicen que tienen extraño sabor. 167

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