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RAZONES NECESARIAS EN . SAN BUENÁVENTURA 41 Concluyamos ya este punto. Cuando San Buenaventura afirma un deseo "natural" de lo sobrenatural, hay que emp2zar por concebir la palabra naturaleza de tal modo que haga posible este hecho afirmado por él claramente: la deficiencia intrínseca y necesaria en su deseo del fin, sin que por ello quede destruida como tal naturaleza. El concepto ele "naturaleza", "natural", "deseo natural" es diferente en la concep– ción ejemplarista del Seráfico Doctor y ene los otros filósofo3' y aúñ teólogos que siguen la corriente de la filosofía aristotélica. San Buenaventura ha de ser entendidc según su prop:o sistema (aunque este pueda luego ser juzgado en sus bases), desde el ejempla– rismo divin0 y desde la "analogía de la fe" en que sitúa siempre, aun– que discurra sobre verdades y conceptos de orden filo~ófíco. Partiendo de allí, tiene un sentido justificable hablar de una naturaleza que se encuentre en condiciones de insuficiencia respecto de su fin: ser desde Dios. El ejemplarismo, en su doble movimiento de inmanencia y tras– cendencia hace que la presencialidad divina, por una parte, suscite en la creatura racional el deseo de ser plenamente "desde Dios", mien– tras que su trascendencia hace que tal deseo sólo pueda llenarse desde la virtualidad divina y no desde la virtualidad propia de cada ser ra– cional. Con esto se IIE·ga lógicamente al concepto unitario de lo natural y ~obrenatural en la línea del ser. San Buenaventura, defensor de la ana– logía positiva entre Dios y las creaturas en la línea del ser, no podía menos de concluir ia distinción de lo natural y sobrenatural en línea .recia, de menos a más, en vez de la línea paralela que exige una ana– logía de base negativa, como la de Santo Tomás. Esta visión unitaria afecta tanto al orden del ser como al del conocer. De aquí que nuestros conceptos humanos y los principios de la razón tengan aptitud radi– cal posit:va para demostrar lo mismo en el orden natural que en et so– brenatural. De la Suma Bondad de Dios se siguen todos sus atributos naturales y propiedades sobrenaturales: existencia, la Triníd'.ld de personas etc., aunque para nosotros algunas sean sobrenaturales, inal– canzables por la sola actividad natural 70 • Nuestros conceptos son ambivalentes: afectan al orden natural o al sobrenatural según la mayor o menor intensidad con que se manifies– ta en nuestra mente la influencia y presencia de ias razones eternas, 70. Cfr. A,10R RumAL, los problemas fundamentales de la Fílosofía y del Dogma Madrid, s.a .. tom. IV,pp. 293ss y 281ss.

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