BCCCAP00000000000000000000373

40 p . AtEJANDRO DE VILLALMONTE sobrenatural no compromete la "gratuidad" de la gracia: en este as– pecto no hay base razonable para objetar a San Buenaventura. Pero queda el otro punto: salvar las exigencas de un deseo natural. Y sobre este particular hay que fijar un poco más claramente el pensamiento de San Buenaventura: 1) El "deseo natural" en el caso que nos ocu– pa, "de hecho" no falla, porque Dios lo cumple con liberalidad y con-– descendencia gratuita; pero es indudable, según los textos citados que "de suyo" puede y debe fallar. - 2) Hay que distinguir el sentido del "deseo natural": un deseo "natural" que se funda en una potencia ac– tiva de la naturaleza no puede fallar, se cumple necesariamente y "d~ suyo", siempre. Perci un, deseo "natural", que se funda en una poten– cia pasiva de la naturaleza, "de suyo" puede fallar siempre, y si se trata de "este deseo" que tiene un objeto sobrenatural, debe fallar "de suyo", y siempre. Esta distinción no está "explícita" en el Seráfico Doctor, pero nos parece suficientemente indicada en los textos que va– mos aduciendo en este apartado. ¿Entonces, será preciso recurrir a que San, Buenaventura admite una naturaleza intrínsecamente deficiente, puesto que no puede cor.se – guir el fin que le compete como tal naturaleza? -- Así es, en efecto, la afirmación de una naturaleza intrínseca y necesariamente deficiente res•• pecto de un fin al que está "naturalmnte" ordenada, es clarísima en San Buenaventura. Así lo prueba "ad evidentiam" el hecho de su "filosofía cristiana". Este es un aspecto del pensamiento bonaventuriano muy es– tudiado y comprobado. No se precisa más que referirse a otros estu– dios sobre el tema m,. San Buenaventura es un pensador-religioso-cristwno que se plan– tea todos los p,oblemas desde el punto de vista de la revelación. Tamc. bién desde aquí hay que hablar del sentido de una "naturaleza": ¿có– mo hay que concebir la "naturaleza" ele modo que sea posible el "h..:-– cho" ele la elevación al orden sobreniatural? Y para el Seráfico Doctor, habría que negar el "hecho" dogmático de la elevación "intrínseca" de la naturaleza al orden sobrenatural, sino se admite que la misma "na– turaleza" era "intrínsecamente deficiente" en si misma. De otra suer– te la "sobrenaturaleza" no perfeccionuía la naturaleza, sino que, o no la elevaría "intrínsecamente", o si lo hacía era a costa ele cambiarla intrínsecamente e. d. de destruirla. 69. G1LSON, La Filosofía de S. Buenaventura, pp.94ss, SQUADRANI, Stus, Rmaventura chrís– tianus philosophus: Anton'anum 16(1941)103· 130252-304. VEUTHEY, Stí. Bonaventurae Philosoplua Chrístíana, pp.5 45 y 297-302.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz