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36 P. ALEJANDRO DE VILLALMONTE oscuridad de la fe, aún después de las demostraciones "necesarias". No se llega a la anulación del mis1•erio, porque tales argumentos dan só– lo una evidencia radical, virtual y potencial, en modo alguno actual. En último refugio que queda al objetante contra las razones. nece– Earias" es la afirmación, propuesta anterl(lrmente, de que tales razona– mientos supone¡; -como principio básico-- una ordrnación natural positiva a ver ias cosas desde: las razones eternas, e. d. a ver las cosas desde Dios y como Dios mismo las conoce. La ordenac:{m natural al fin sobrenatural ha tenido y sigue tenien– do mucha aceptación entre los teólogos. En general la Escuela Fran– ciscana de todos los tiempos ha sostenido esta tesis 00 • El pensamiento de Santo Tomás es objeto de interpretaciones divergentes en este pun– to 61 • -- La opinión de la Escuela Franciscana, entendida a la luz de los principios en que fué expuesta, puede defenderse, eficazmente, contra toda inculpación de confundir ambos órdenes de ser y de conocer. Con ello ya tendríamos una defensa general de la posición bonaventuriana. Pero aún conviene recordar algunas ideas que nos hagan accesible la inteligencia de las razones necesarias desde un punto de vista siste,.. rnático. El fundamento de dicha i'esis, en San Buenaventura, es el "ejempla– rlrn10 divino". Como consecuencia de él se sigue que toda la realidad de los seres está concentrada, por así decirlo, en Dios. De este modo, en el orden ontológico, la plenitud del ser de cada cosa está en Dios, y en el orden cognoscitivo nada Es "plenamente" inteligible sino desde Dios. Las cosas creadas, d~sde sí mismas, no tienen más que limitación y no-ser. Todo lo que tienen de realidad positiva es el ser-imitación del Ejemplar divino. Aplicando estos principios al alma humana en espe– cial, dice el Seíáfico Doctor que la inquietud y tendencia que el espíri- 60. Los textns de los teólog0s franciscanos y la bib'iografía sobre el tema pueden verse en 8ERARDINI, La noziorie del soprarmaturale nell'antica Scuola Fraucescana, Roma,1943 VEUTHEY, S. Bonaoenturae Phi!osophia Christiana, Roma e, !943,pp.263-271; DoucET, De naturati sea inna– to supernataralis beatitud/nis desiderio iaxta tlteo/ogos a saecalo XIII usque ad XX: Antonia– num, 4 (1929) 167-208; BARROSO, L1 tendencia natural hacia€[ bim según S. Buenaventura y Sto· Tomás: Verdad y Vida 7 (1918) 5-52,441-5G0. ÜMAECHEV.,RRÍA, La naturaleza y la gracia. Filosofía mtegral cristiana: Verdad y Vida, 3 (1947) 349-363 61. DE BROGLIE, De la place da surnatarel dans fa philosophie de S. Tltomas: Recherches de la Science religieuse.14 (1924) 193-245, 481-400, VEUTirnv, De naturali desiderio beatidudinis su– pernaturalis: Miscell:inea Francescana, 39(1939) 207-223; CUERVO, El deseo natural de ver a Dios .IJ los fundamentos de la Apologética inmanentista: La Ciencia Tomista, 37(1928)310-340 38(1929) 5-33; 4) (1932) 2303l7; RirZLER, D2 n:1t,1rali clesiderio bmtitud!nis supernaturalis ad me1tem S. Thomae, Romae 1938.

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