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RAZONES NECESARIAS EN SAN BUENAVENTURA conceptos y principios llevan a conclusiones de orden natural y sobre– natural, ¿no querrá decir ello que se confunden, o al menos no se distin– guen convenientemente ambos órdenes? Dedicaremos en seguida un apartado especial a solucionar ampliamente esta dificultad. Mientras tanto séanos permitido observar que la afirmación de que unos mismos principios valen para concluir verdades de orden natural y sobrenatu– ral, ha de ser entendida a la luz de una disNnción importante. En efecto, el conceptio de suma bondad, entendido en sentido "ple– no" nos lleva a la conclus,ión de que Dios existe y también de que exis– te la Trinidad. Pero en ambos casos la "bondad" es sólo "material– mente" el mismo concepto. Porque, si la bondad suma es vista en la "analogía del ser", a la luz de la mera razón natural, no concluye si– no a la existencia de Dios Uno. Para que nos lleve a la conclusión de la Trinidad de personas hay que considerar la "bondad" a la luz que sobre ella arroja la revelación, la luz de la fe, que es "doctrina según la ''piedad", hay que verla en la analogía de la fe, en una palabra. De– terminado así el punto de partida y el estado de la cuestión, se puede decir que el Seráfico Doctor tiene una visión "sobrenaturalista" aún de las verdades de orden natural, pero en modo alguno se le puede. acu– sar de desvío hacia el racionalismo que parece implicar la terminolo– gía usada de "razones necesarias" para "probar" el mis,terio de la Tri– nidad. Con todo lo que llevamos dicho queda ya explicada la naturaleza de este tipo de argumentación que San Buenaventura -siguiendo un modo de expresarse recibido en su tiem¡:Jo- llama razones necesarias: se trata de argumentos verdaderamente 1teológicos; que en cuanto al concepto que le sirve de punto de partida es un auténtico argumento ontológico; y finalmente supone la aplicación a la Teología de un mé– todo particular de argumentación que hemos llamado por hipótesis tCO'– lógicas, o por argumentos de síntesis a priori. Aquí y allá han aparecido frecuentes alusiones a los principios bá– sicos en que se apoya la argumentación de San 1 Buenaventura: la teo– ría del iluminismo gnoscológico y de la ordenación natural al fin so– brenatural; el ejemplarismo divino; la concepción del ser como "bon– dad" y amor caritativo y finalmente la indicación de que todos esfos conceptos bonaventurianos hayan de ser entendidos en la "analogía de la fe" y no en la analogía del ser, directa1111ente. Unicamente la doc– trina de la ordenación natural al fin sobrenatural será estudiada más

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