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24 P. ALEJANDRO DE VILLALMONTE La elevación de hipútesis rara rxplicar los hechos de la experiencia no se puede dar por anticientífica. Unicamente hay que exigirle que se ajuste a las normas: que parta de una consideración objetiva y atenta de los hechos, que en sí misma sea razonable, -esté acorde con los principios superiores de la razón--, que no vaya contra la lógica, y que al volver sobre los hechos expliqne satisfactoriamente la exis1tencia de los mismos y los caracteres con que se ofrecen. Aunque toda hipótesis puede decirse una síntesis a priori, pero debe estar en contacto conti– nuo con los hechos y depender totalmente de ellos. Lo contrario sería hacer hipótesis anticientíficas. En la Metodología teológica también es lícito este modo de proce– der. Tenemos un conjunto de- datos que nos suministra la fe. Los afir-– mamos como existentes por 1a autoridad de Dios, pero no tenemos "in– teligencia" de esta existencia en cua rito tal. Para que estos d<1tos se nos hagan "inteligibles" tenemos que verlos en las condiciones de po– sibilidad y necesidad que hacen razonable su existencia. Entonces, ha– cemos la "hipótesis" de que el Ser divino, dado el modo como se mani– fiesta en los hechos sobrenaturales, tiene que ser, en su naturaleza ín– tima, de este modo determinado. Así lo hace San Buenaventura. Sobre los datos de la fe y, en concreto, sobre los datos que la fe nos ofrece acerca del Ser divino: que es uno en esencia y trino en personas, el nú– mero y modo de las proces:ones, las revelaciones etc., busca una sín– tesi:i a priori que nos dé razón de por qué el Ser divino es así y no es ele otra manera. El problema será, pues, este: ¿cómo hemos de pensar del Ser divino, cuáles son las condiciones de posibilidad y necesidad que nos hagan "inteligible" que sea Uno en esencia y Trino en perso– nas'? - Tocio lo que la fe nos dice sobre Dios, se nos hace compren– sihle, -viene a decir San Buenaventura-, "suponiendo" en Dios las siguientes co.ndiciones de ser: suma perfección, primidad, bondad, etc ... • 3 , tocias ellas reductibles al "bien" como aparece en otros textos. Pensando que el Ser divino 1,s el Sumo Bien, encontramos perfectamen– te razonables los elatos que nos suministra la fe: que se difunde :ms– tancialmentt ..:-n su vida íntima en tres personas, que han de ser P.1c.re , Hijo y Espíri.tu Santo y toclcr lo demás que sabemos sobre el misterio ele la Santísima Trinidad. Para que esta "hipótesis" bonaventuriana del "bien" difusivo de si mismo sea científica hay que exigirle: apoyo en los datos revelados, ló- 45. IS. d.2,a,unic,q.2; l,53a.