BCCCAP00000000000000000000373

RAZONES NECESARIAS EN SAN BUENAVENTURA 17 ventura- por la revelación. No sabríamos que Dios tiene como nom– bre más propio suyo el de "bueno", sino porque nos ha sido revelado por Cristo. No es que naturalmente no podamos saber que Dios es bue– no, pero el ver en este nombre la suprema expresión de la realidad di– vina, no nos es dado sino por revelación de Jesucristo 3 ~. Se trata, por consiguiente, de un argumento teológico. Lo mismo se prueba tenien– do en cuenta el plan general del libro: el grado sexto del ascenso ha– cia Dios .exige la contemplación del Ser divino en una propiedad so– brenaturalmente conocida, cual es la "bondad" sumamente difusiva. Finalmente, los argumentos, tal como s,e proponen en la Conferencia lJ sobre el Hexaémeron son, sin duda alguna, teológicos. Desde la Con– ferencia 8.' se trata de la altura, firmeza y belleza de la fe. En la Confe– rencia 11 se describe la belleza de la fe en la "especulación" de Dios Trino. Aunque no sea necesario admitir una speculatio o contemplación mística, el carácter teológico de la misma es evidente. Se trata de la inteligencia elevada por [a fe; la invesNgación a realizar se llama spe– culatio f cdei 35 • Como conclusión de lo dicho hay que retener la afirmación de que, por su punto de partida, -al meno&- las razones necesarias en nada comprometen la sobrenaturalidad del misterio. Son, en todo rigor, ar– gumentos teológicos y, ni en la mente del Autor, ni en la realidad de las cosas son inteligibles sino bajo este aspecto.. - La fe nos ofrece el misterio como puro "dato" o "hecho". Buscamos luego el modo de pro– bar que este hecho necesariamente tenía que darse y no podía ser de otra manera. Entonces hemo.:; logrado, no ya una mera noticia empíri– ca y positiva, sino un verdadero conocimiento científico del hecho, pues– to que le hemos llegado a conocer por las causas o razones en virtud de las cuales es necesariamente así. Esto lo logramos mediante el con– cepto que la revelación nos da del Ser divino. En virtud de tal concep– to que la fe nos ayuda a formar de Dios, podemos ver que tiene que ser necesariamente trino en personas. Con ello hemos dado un paso desde la fe como simple noticia de lo revelado, hacia un conocimiento cien,tífico de la misma ,·erdad; de simples creyentes hemos pasado a 34. «ideo Magíster noster Christus, volens adolescentem qui servarerat legem ad evange– Jicam levare perfectionem, nomen bonitatis Deo principaliter et praecise attribuit». ltin., cap. 5; V,308b. 35. Desde la Conf. 8.ª trata de la inteligencia elevada por la fe: «sequitur opus secundae di– ei, quae est secunda visio inte!ligentiae por fidem sublevatae». In Hex., Collat, 8,n,1; V,369a. Cfr., Col/at. 11; V,679ss; !bid. nn.1,5; V,380a,381a.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz