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RAZONES NECESARIAS EN SAN BUENAVENTURA 15 hendo desde el punto de vista puramente natural: son con todo rigor argumentos teológicos, que parten de .la fe y sólo pu,eden desarrollar– se suponiendo ya conocido por la revelación el hecho de que Dios es trino en personas. Comenzando por el Sentenciario puede demostrarse con toda clan– dad que existe en nuestro Autor esta "intendón teológica" respecto a las razones necesarias. - En primer lugar teniendo en cuenta la índo– le general de la obra, eminentemente teológica. Por que el objeto for– ma,! o sujeto de esta ciencia y doctrina que se enseña en este libro es Dios en su vida íntima, o el CriéitO total, o lo creíble en cuanto hecho inteligible 28 • Bajo cualquier aspecto que se considere el sujeto de la ciencia estudiada en el Sentenciario es, indudablemente, sobrenatural. Igualmente, el modo de explicar las cosas divinas que se adopta en· es– te libro se reduce a la Sagrada Escritura, por una especie de subalter– nación: por razón del objeto de este libro, que es una determinación del mismo objeto de la Sagrada Escritura, y por razón de la certeza, pues la que se puede, lograr en este libro se funda en la certeza dei la Sagrada Escritura 29 • De esta consideración general se sigue que, miLn– tras la naturaleza de las cosas no exija lo contrario, todos los argl'– mentos que se aducen en d Ubro de las Sentencias tienden a demos– trar un objeto teológico y tienen carácter teológico. También, por con– siguiente, las razones necesarias. En la distinción segunda trata de probar el misterio de la Trinidad por "au¡toridades" y "razones". La dependencia que las razones tienen de las "autoridades" es manifiesta. Basta citar las palabras del Autor: "sobre la Trinidad lo primero que ocurre es creerla y luego entender lo ere.ido... El creer es por la autoridad, el entender por la razón ... Y es claro el orden que se ha de seguir: primero creer y luego entender ... Y el orden en escribir: demostrar la verdad por autoridades y por razo-– nes y ,inalogías convenientes" 30 • - Para el Seráfico Doctor no es con– cebible aducir razones para en¡tender el misterio, si antes no estamos bien seguros de él por la fe y la autoridad de la Escritura. En las Cuestiones disputadas sobre el misterio de la Trinidad, la dependencia de la fe es del todo manifiesta: El "libro de la vida", --las razones necesarias en sí mismas--, no es natural ni sobrenatural, que 28. / S., prooem., q.l, resp.; l.7b,-Brev., P.l,cap.l; V,2l0b. 29. / S,, prooem., q,2,ad4m; l,llab. 30. Cfr, nt. 15.