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88 Cuentan que dormido un día se quedó el niño en su halda a la orillita del río, le daba el aire en la cara, la madre rompía risas mirando al niño y al agua. En el río, al despertar, vio la imagen reflejada de su madre y se tiró al agua para abrazarla... Soñando va por el valle, jovencísima y galana, la pastorcita, metiendo en el río su cayada ... y florece en la ribera un árbol cuando la saca. Llora y ni las flores saben el misterio de sus lágrimas. Pasito, en cada remanso le va cantando una nana. Por si oye llorar al niño entre los juncos se para, y sueña que ve sus ojos en los reflejos del agua, y al aire le va diciendo palabras, tristes palabras. Una tarde, los senderos de juncos y flores blancas llevan a la pastorcilla a una ermita sombreada.

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