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No importa que un año más se repita sin variarla la fiesta, si el pueblo es quien la vive y quien la canta. Siempre la virgen la misma bendiciendo cada casa hasta la iglesia del pueblo desde su capilla baja, y el cura en "Misa Mayor" siempre de sus glorias habla: -"Virgen del Árbol" bendita, Madre de toda esperanza". No importa que un año más -pasacalle en la alborada– suene el mismo tamboril, sea la misma cantata la que despierte las calles al día y a la plegaria. Vuelven por un año más "las vaquillas", "las comparsas", los concursos de "las peñas" "el pregón" que a Mieza exalta. Rumor de fiesta, alegría, vino nuevo en las gargantas, hijos que vuelven de lejos con esa cierta añoranza de su raíz campesina que nunca la ausencia mata: olor de pueblo, sabor a madre, a tierra y a casa. 121
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