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18 P. TARSICIO DE AZCONA tas, monta 26.000 sueldos barceloneses, que a libras son 1.300 » (f.45r). Reforma de Martín P o ne e . - Martín Ponce, Gualbes. y Maior, junto con el ministro provincial Pedro de Castrobol, se presentaron en Pedralbes el 6 de julio de 1493, imponiendo, para. comenzar, las mismas ordenaciones que en el monasterio de san Antonio. Giraron nueva visita el día 6 de noviembre, en la que Ponce mandó a la abadesa que en el término de tres días expulsase a su esclava Olalia, « lo qual mandó por ciertas cosas que para ello le movían, concernientes al bien de la reformación» (f.34r), y al mismo tiempo depuso al procurador del monasterio, Pedro, Segarra, sometiéndole a un tribunal para rendir cuentas de su procuración. R e fo r m a d e D a z a y F e n a 1s . - Ambos reformadores presentaban sus credenciales en Pedralbes el 2 de enero de 1494. El día 30 de enero dan sus primeras ordenaciones 34 , prohibiendo a las escolanas salir del monasterio (f.35r); el día 14 de marzo, y en presencia de Castrobol, reglamentaban la clausura y el rezo del Oficio divino (f.35v), ordenaban la vida común en el refecto– rio, dormitorio y enfermería (f.36v) y la observancia regular y disciplina en cuanto al torno y locutorio (f.37rv). El día 20 de marzo respondía Violante de Moneada, oponien– do ciertos reparos a esta ordenaciones, por ejempo: que les hacían gastar demasiado con tanto « fazer y desfazer », que Ponce les había consentido seguir con sus costumbres « porque eran mu– chas monjas y ya estaban hechas », y que si no tomaban mozas para el servicio, tendrían que ocuparse ellas, con mengua del Ofi– cio divino, que es obligación superior (f.39rv). Daza y Fenals hicieron poco caso de tales pretextos. La tirantez inicial de la abadesa con los reformadores au– mentó visiblemente desde el día 22 de marzo, en que Pedro de Castrobol delegó todos sus poderes en Daza, mientras se tras– ladaba al capítulo general de Bolonia. El día 7 de mayo los refor– madores urgían notarialmente el cumplimiento de sus ordenacio– nes, lo que exasperó a la abadesa, que se dispuso a resistirle abiertamente. En efecto, el día 2 de junio, al llegar al monasterio encon– traron la puerta cerrada « y la abadesa, puesta de parte de dentro, por una portecica que estaba en la puerta; los dichos visitadores le pidieron e requirieron, e so pena de privación de su oficio le· mandaron que les abriese la puerta, por cuanto venían para re– formar al presente monesterio, como por el santo Padre les era cometido, a nominación de sus Altezas» (f.41r). Admitidos en el monasterio, siguieron dando ordenaciones 34 Desde este momento no haremos sino enunciar las ordenaciones, pues son siempre exacta repetición de las que hemos anotado para el monasterio de san Antonio.

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