BCCCAP00000000000000000000370

2 ro ESTUDIOS BÍBLICO s. Tc-t'Jfilo <le Urliiso, O. F. M., Cap. nerse a priori, qu:' dado el fin d::l au IOr de contar el origen del mundo y del g{:nero humano, y la preh:storia del puelilo e,;rngido, así como de pro– poner as verdades religiosas funtlamentak·s, ha de hab,·r al menos algu– nos ,elementos históricos, que sirven como de bast' y sostén a •esa,; rr:isma-; verdades. Mas, como se .advertirá por todo lo dicho, la cuestión de csllO':'. capítulos del Géne;:;is tal como plantea hoy, se ha moclificaclo notablemente. La posición neta dr' D"cre:b de 1909 era la histor:cidad, o el sentido literal histórico de los tres púrwros capítulos (y a jortiori de los ocho siguientt?s, cuya índole histórica no se pmúa entonces en eluda) ; sólo se aclmilfan fra– ses o t(,rminos (no narrac·ones), en impropio o metafórico. La po– sición d:· la Carta citada es, en cambio, ésta: en essos capítulos tenemos narraciones de género literario irepreciso, con posib"es elc,mentos hist<'Jri.:os, vinculadu.s a las V{·rdades fundamentales ele orden rergioso qm' en dlo;; se proponen. Ante es'1a situación, «la incumbeacia dd die:- BEA (l. c., 124) en rn autorizado Corr:entario a la dicha Carta, será extraer de esos capítu"os los elementos históricos, o sea los hechos realmente sucedidos, para con ellos intentar la construcción de la h:storia primordial en el tido moderno. Lo que hacen km felizm:,nte los sabios con los docum:·ntos antiguos profanos, tomando dr ellos lo que después de atento examPn se juzga dP va'or histórico, para r:·dactar con P?os dementos fatigosamente seleccionados la historia del antiguo Or'ente en sentido estrictlcJ; d,·be ha- cer~e por los con los once prim2rn., capítulos del Génesis. D,!ben pen,ar que Dios, al hablar por medio d,·l hagiógrafo a los contemporúrwo:-; de ést•P, se ha acomodado tanto a la mentalidad clrl e,;critor, cuanto a la ca-– pacidad de los lectores inm,,cliatos, y ha usado el n~odo ele hablar y las formas 1 i 1 Jc 0 rarias propias de su t:empo. Estas son como el marco que encie– rra las verdades o hechos que componen el cuadro. El marco, constrnído para una humanidad primitiva e infantil, ha envejecido con el tiempo; pero las ideas en él contenidas quedan s::empre, aunque ahora 'as concebimos en un marco nuevo, en el de las ideas que las ciencias rr.od2rnas nos hap hecho familiares. Y como el niño, que instruído por su madre en su ;enguaje in– fantil, cuando llega a ser hombn· ele maduro ingenio, reconoce 'la verdad de la enseñanza materna, aunque la co:1;úlera no ya con ojos de niño, sino con la inteligencia ele hombre connsciente; así lrr humanidad, que en su estado de infancia intelectual fué instruícla por Dios ea lenguaje y formas literarias acomodadas a aquel estado inferior de su menlie ; ahora mucho más desarrollada, reconoce la verdad de aquellas primeras enseñanzas, aun-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz