BCCCAP00000000000000000000370

LA EXÉGESIS BÍBLICA 209 razas, de la gbotología o ciencia del or_gen, formación y discriminación de las lenguas, y de la aemografía o propagacón rápida del género humaµo, qrn, ente Adán y el Diluvio debió extenderse por a mayor parte del mun– do ; a no ser que •¿e ponga el Diluvio en los principios de la humanidad, tal como resultaría una vez reducidos .os números de las genealogías al justo lírr:ite arriba indicado. En fin; es \tan iµgente, dice el P. A. BEA, la cantidad de dificultades graves acumulada por las ciencias profanas contra la antigua iµterpretación literal de estos once primeros capítulos del Génesis, que no es ya posible conservar simplemente la exégesis de nuestros an,kopasados. Cerrar los ojos ante estos hechos y dornúse eµ la inacción, equiva dría en los exégetas a una grave infidelidad al cargo o misión que les ha encomendado la divina Providencia para el bien de la Iglesia (19). Ivli·.úón que, como dice la En– cíclica Divino afflante ,':i'j;•iritu, no consiste sólo en defender la Biblia de los ataques enemigos, sino en dar de ella una exp.icación sólida, conforme con la doctrina tradicional, sobre todo de la absoluta inerrancia bíblica, y en satisfacer debidamente a las conclus'ones ciertas de :as ciencias profa– nasn. (Cfr. ((A. Ap. Sedisn, loe. cit, p. 319). Se in::pone, pues, añade la carta (Vosté), un estudio atento de todos los problemas literarios, científicos, históricos, culturales y religiosos que tienen conexión con estos capítulos, para llegar a determ::nar la naturaleza de esas narraciones antiquísimas. Respecto a ellas todos están de acuerdo en algo negativo, es decir, en que no son una historia en el sentlido clásico y moderno: pero cuap.do se trata ele determinar la forma o las formas :iterarías ep. que están redacta– das, aparece la comp1rjidacl del problema y por ende su oscuridad, y que no es pusible por el momento dar·e una solución positiva. ((En cuanto a esto, hay que reconocer francamente, dice el P. BEA (art. cit., pág. 125), que e;:tamos todaYía en los primeros pr·ncipiosn. El verdadero género literario de estos primeros capítulos del Génesis está toda– YÍa por definirse. No r:·sponde a ninguna de nuestras categorías clásicas: por tanto no pu,•de afm:r:arse ni negarse en bloque su h'storicidad; debe estudiarse cada narración y aun cada parte de ella, a la luz de los procedL miento;; literarios de los antiguos pueblos orientales, de su psico'ogía, de su manera de expresarse cuando querían cop.far una cosa, indagando la no-· ción que formaba de la verdad histórica. Pero ((de que estas narrac· ones no contengan hi3toria Pn el sentido moderno, no se -dice la Carta ele 'a Com. Bíblica----, que no contengan ninguna)); rnús bien puede supo- (19) Cfr. «La CiyiJtá Cattolican, aprilP 1948, p. 122.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz