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LA EXÉGESIS BÍBLICA 199. remotos s,glo.~ del Oriente, y con ayuda de la historia, ele la arqueología, de la etnología y Olras cienc::as, pene,rar en la mentalidad y ps,cologm del escritor, y determinar el valor de sus expresiones ::;egún el uso de aquellos tiempos y lugares •en que fueron escrita·;;; pues es cierto que los antiguos orientales no siempre usaroa para expresar sus conceplos las mismas formas de hablar que u.,:amos nosotros hoy, sino que se sirvierop 1r:ás b::en de las que estaban en uso entre las personas de su tiempo y de su pueblo, corno medios legítimos dei expresar las idea.s o de contar los hechos. Y si eptonces, sigue diciendo el Papa, se veputaban legítimos, y no se tachai de error a los escritos profanos en que encu211Lran, sería injusto hacerlo cuando se encuentran en la BibLa, libro sí de Dios, pero • escr::.to por un hombre, para loe. hombres, en lenguaje humano. Así, por ejemplo, los númer.os parece que teníap entrE. los antiguo;~ orientales gran imporlanc::a convencional en la expresión ele las ideas: con ciertos p.ú– meros se imlicaba la multitud, ht abun:lancia; con otro,;, h p::rkc.:ión. A vice,; la misma altura de la cifra una aclvertepcia implícita al lector de que no debe tomarla a la letra, sino que un modo de expresar otra idea. 4." Casos de los libros de los Reyes y Paralip.--Los números .. -Cuan– do ~·n 1 Re. 8, 68 y Par. 7, 5 dice que Salomón, en la ficst,1 de la Dedicación dd Templo, inmoló 22.000 bueyes y 120.000 ovejas (o car– neros, Par.J, la afirma~ión clel auior no parece kner por objeto el nú– mero det.enninado de víctima;;, que dadas las circunst,rncias del lugar (el atrio de lu.~ de las per,;ona,;, de la riqueza pecuaria de Pales- tina, etc., es ele todo punto inverosímil, sino que ese n.úrr.e;ro tan allo le sirve para de.·ir que el sacrificio fué solemnísimo, cual nunca había hecho, pues así lo exigía la solemnidad del momento ('c:ra el primer sacri– ficio que se ofrecía en el nuevo Templo, y por eso debía resumir todos los que en lo ,;ucc,ivc habfan de ofrecer a Jahvé en aquel Santuario). El munificen– cia de Salomón, descrito como el rey rnús sabio y más rico de la tierra (2 Par. 9, 22), y digno tard>ióu de la pro;;p:'ridad de la nación, que se encontraba d momcnto culminante ele su historia (1 Re. 4, 20 rica, • Íl'liz y en plena paz. De ahí que lo expre~a~e con ·,·~e número tan elevado de no para detenninar sn número, sino pant indicar la solemni– dad verdadenm1e::te extraordinaria del sacrifLio. Sería el recurso a la hip'r• bole, de que habla la Endclica, como pro:'.edimiento plenamente legítimo, para imprimir mús honclamrnte en d ánimo la üka que se quiere expresar. El atrio de los cacerclotes, en que estaba el altar de los holocaustos, aunque

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