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S. BUENAVENTURA FILÓSOFO 7. Triple defecto de la virtud de los filósofos 7 (Sólo la fe sana, rectifica y ordena) Retorno, paz, sin gracia, son errores que se explica el filósofo no entienda a falta de la fe que lo trascienda marcando fin y origen superiores. Raíz de su malicia y sus dolores fue ef pecado-derrota en la contienda del hombre primordial; y cuya enmienda no es posible a las causas inferiores. Sólo un Médico-Dios puede Iibr!lrnos de nuestra ciega perversión terrena y en las virtudes teologales darnos la fuerza nueva que a las cuatro llena: próvida y pura, con piedad serena, hasta en lo eterno firmes adentrarnos. 8. La inteligencia elevada mediante la feª Cielo sublime, estable maravilla, la fe de oído es luz y a un tiempo oscura: Alta en Dios trino, y vuelta hacia la hondura cuando Dios hombre por amor se humilla. Doble misterio que en trisagio brilla y se difunde en cada creatura: 153 7 Frente a la indigencia evidente de la naturaleza pecadora se hace clara la necesi– dad de una salvación de origen trascendente para que las virtudes morales sean revitaliza– das. Son las virtudes teologales, empezando por la fe, las que rectifican definitivamente al hombre. 8 La fe nos descubre la maravillosa acción del Dios misericordíoso, de modo que nuestra inteligencia se eleva en una visión esclarecedora, ofreciendo un sentido elevado, divino a la existencia humana.

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