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5 VICISITUDES DE UNA PROYECTADA VERSION CASTELLANA... 139 del Prado ll_ Los superiores se obligaron ante el librero Ulloa a encomendar esta tarea a los religiosos más capacitados. ¿Quiénes fueron? No tenemos datos dert-0s que nos autoricen a presentar la nómina de los traductores. Ciertamente en aquella residencia, que era curia provincial y sede del colegio filosófico de la provincia de Castilla, había entonces hombres de valía. Según las actas capitulares firmadas el 11 de octubre de 1771 re– sidian allí los siguientes religiosos, entre las que no parece aventurado individuar los traductores, pues los puestos de responsabilidad que ocupa– ban revelan de alguna. manera su preparación cultural: Agustín de To– ledo, ministro provincial y califtcador de la Suprema; Luis de Alcacer, superior del convento; Angel de Toro y Marcos de la Puebla, profesores; Francisco de Ajofrin, antiguo profesor de teología y actual cronista pro– vincial; Felipe de Vellisca, secretario, y Antonio de Toro, procurador de la provincia 15 • Conviene tener en cuenta además que los traductores dis– ponían de una biblioteca conventual bastante bien dotada, a juzgar por el catálogo de la misma que todavía se conserva rn_ La solicitud del legal de Ulloa no tiene fecha; pero podemos situarla a fines de 1771 o principios del año siguiente, toda vez que fue examinada en la sesión del 27 de enero de 1772. Los consejeros Figueroa, Taio, Losella, Avila, Valiente, Velasco, Veyan, Penaro y Contreras emitieron un dicta– men favorable y autorizaron al editor a realizar la empresa con la cola– boración de los capuchinos. Además, aceptaron la sugerencia del solici– tante y delegaron al rector del Real Oratorio del Salvador para que de– putara un sugeto idóneo, que en calidad de censor vigilara la labor de los traductores y le diera el visto bueno para la impresión 17 14. Este cü!!lvento fue desde sus orígenes (2 febrero 1612) la sede central de los ca– puchinos de la provincia de Castilla. Estaba enclavado en la actual plaza de las Cortes, frente al congreso de diputados. Fue demolido en 1890. Gf. BUENAVENTURA DE CARROCERA, O. F. M. Gap., La provincia de Frailes Menores Capuchinos de Castilla. Vol. I (1675-170ll, Madrid, 1949, 50 s. 15. Of. Erario divino de la Sagrada Religión de los Frailes Menores Capuchinos en la provincia de castilla, editado por el P. Buenaventura de Ciudad Rodrigo, Salamanca, 1909, 238 SS. 16. Cf. Indice de la Libre-ría de los Capuchinos de San Antonio del Prado. El catálogo autógrafo del mencionado P. Francisco de Ajof1in y continuado por sus sucesores se conserva en Madrid, Arch. Prov. Capuchinos: Ms. 47 /l. 17. Véase el texto en el apéndice documenta:l, n. 2. El Real Oratorio del Salvador es– taba regentado por los Ciérigos Menores de San Francisco caracciolo. Pudo influir en la des:gnación del censor delegado el hecho de estar situado dicho Oratorio cerca de la li– brería de Ulloa,, es decir «a espaldas de la cárcel de la Corte, en la esquina de la calle del! Sa,lvador», entre Ia plaza de la Provincia y la calle de Concepción Jerónima. Cf. An– tonio VJ;:I.Asco ZAZO, Recintos sagrados, 184.

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