BCCCAP00000000000000000000367

138 P. MELCHOR DE PoBLADURA, 0. F. M. CAP. 4 la Reltgión, buenas costumbres y Regalías de su Magestad, y si son o no dignas de la luz pública» 9 • Gracias a esta intervención, ampliamente documentada en los fondos del Archivo Histórico Nacional, podemos valorar el criterio predominante en los ambientes oficiales o semioficiales acerca de las corrientes cien– tíficas y lit,erarias de la época en toda la gama de sus manifestaciones: libros de piedad, tratados de filosofia y teologia, derecho e historia, com– posiciones poéticas, etc. Una prueba feihaciente de esta aserción nos la ofrece el tema que estamos dilucidando. D. Narciso Francisco BThzquez, en nombre del mercader de libros, Bar– tolomé Ulloa, elevó al Consejo de Castilla una solicitud, exponiendo el deseo de su patrocinado de proceder a la edición bilingüe, latina y cas– tellana, de las obras completas de San Isidoro. Añadía que de la versión y edición, costeada por el mencionado librero, se hacían cargo los ca– puchinos del convento de San Antonio del Prado, quienes se comprometían no sólo a traducir el texto latino, sino también a enriquecer toda la edición con el correspondiente aparato critico. Y como, por otra parte, la proyectada empresa requería mucho tiempo, se pedía asimismo la auto– rización para irla imprimiendo poco a poco, sin esperar a que se terminara la traducción de todas las obras para presentarla a la censura; y que por tanto, si se creía oportuno, se delegara una persona competente que exa– minara los pliegos antes de darlos a. la imprenta 10 • Carecemos de noticias biográficas del patrocinador de la empresa edi– torial. Por desgracia, el bibliógrafo Pérez Pastor no ha tenido continua– dores y no disponemos de una bibliografía madrileña a partir del s. xvr 11 ; y el entusiasta y erudito madrileñista Velasco Zazo .en el largo recuento que hace de los «Editores>>, «Libreros y Librerías» de Madrid 12 , no nombra siquiera a Bartolomé Ulloa. Sabemos, sin embargo, por las indicaciones recabadas de las ediciones que hemos examinado, que su librería estaba ubicada junto al monasterio de las Jerónimas, .fundado en la plaza de la Cebada el año 1504 por doña Beatriz Galindo 1 : 1 • Como se lee en la solicitud presentada al Consejo, los designados para lle•var a cabo la versión castellana y preparar científicamente la edición bilingüe, fueron los religiosos capuchinos de la comunidad de San Antonio 9. Madrid, Arch. Híst. Nac.: Consejos, Legajo 50691. 10. Véase· el texto en el Apéndice documental, n. l. 11. C. PEREZ PASTOR, Bibliografía 1nadriler1a o Descripción de las obras i1npresas en Madrid, 2 vols., Madrid, 1891, 1906-1907. La última obra descrita se imprimió en 1625. 12. Cf. Ant-0n:o VELASCO ZAZO, Arte del libro en Madrid. Estudio bibliográfico, Ma– drid, 1959. 13. Dicl10 mo·nasterio se trasladó más tarde a la plazuela, a que dio el nombre de Concepción Jerónima situada «conforme bajábase desd? el barrio nuevo a la calle de Toledo, a mano izqurerda». Cf. Antonio VELAsco ZAZO, Recintos sagrados de Madrid. E<i– tudio, Madlid, 1951, 27s.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz