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T52 P. MELCHOR DE r'OBLADURA, 0. F. M. CAP. 18 vitam tendens; sinistra facilior, sed ad labem interitumque deducens. De qua sic Persius ait, etc. Lo que se traduce de esta manera: El camino de la derecha es angosto y arduo, pero .guía a la vida eterna; el de la sinistra es más ancho y más fácil, pero va al infierno. Por eso dixo Persio, etc. 3 • En esta cláúsUJJ:a por falta de exactitud en la traduc– ción se atribuye a Pitágoras y a Persio una sontencia que no pudieron decir, ni tampoco imaginar, porque siendo entrambos gentiles, no pudieron conocer sin la luz de la fe, que no tubieron, la vida eterna, n~ las penas del infierno. Para no incurrir en este notable defecto se debió traducir: El cmnino de la derecha es ardua, pero lleva a la felicidad; el de la izquierda es nuís fácil, pero guía a la perdición. mtimamente en el cap. 4, núm. 3, dice el origina.!: Vocales sunt quae directo hiatu faucium sine ull01 collisione emittuntur. Y la traducción dice: Vocales son aquéllas que se pronuncian con abertura directa de las fauces sin herirlas 4. En esta cláusula, sobre no ScQ· fácil entender qué quiere decir abertura directa de las fauces, se omite la circunstancia princ:pal que el Santo atribuye a las vocales, que es pronunciarse de diverso modo o con distinto sonido sin hacer diversas inflexiones o movimientos en las fauces, a dist:nción de las consonantes que para pronunciarse con var:edad, es preciso que se hagan diversos movimientos con la lengua y con los labios, como el mismo Santo lo expresa. Por lo que se debió traducir: Vocales son las que con sólo arrojar el aliento sin hacer diversos moi,'i1nientos en las fauces, se pronuncian con variedad o con diverso sonido "· Es constante que si toda la traducción de las obras del Santo se hiciese de esta suerte, como parece regular, sería sumamente defectuosa y enteramente inútil. Pero aún quando se hubiera de hacer con toda la perfección posible, no resultaría utilidad ninguna al público de esta traducción, porque, adem{is de haberse adelantado· hoy mucho y puesto en mejor método las materias que trata el Santo, como se ha expuesto· al Con– sejo, respecto de los libros de las et·mologías y diferencias, que forman casi la mitad de las obras impresas, sobre ser muy difícil hacer una buena traducción, porque apenas hay arte ni ci€'ncia d8 que no se trate en ellos, creo que no sólo no sería útil, sino positivamente inútil su traducción al castellano, porque el que entienda la. lengua lat:na no necesita de la traducción; y el que no la entienda tampoco entendErá !las etimologías y voces de una lengua que no sabe; y aún quando :las entendiera, perdería inútilmente el tiempo que emplease en aprender etimologías y voces de una lenguai que pm: no saberlo no puede usar. A esto se junta que la naturaleza de estas obras no permite qu2 pueda hacerse una traducc'.ón buena por hábil que sea el t.raductor, porque o se han de dejar de traducir las voces latinas, cuya etimología se busca y aquéllas d:J •donde se derivan; y entonces será una lección continuamente interrumpida con voces de otra 1lengua distinta, y por consiguiente muy fastidiosa y muy mala; o se han de suprimir estas voces, poniendo en su lugar las castellanas qu:;, les corresponden, y en este caso la traducc:ón será corriente, pem ininteligible y llena de despropósitos. Y así si por exemplo se hubiese de traducir de este modo el primer párrafo del lib. 1 de las etimologías, dilia de esta suerte: La palabra disciplina se deriz:a del verbo aprender, por lo qual se puede llamar 3. Luis CORTES GoNGORA, lug. cit., p. 7, 11. 7: «Después se bifurca... con un cami110 a Ja derecha, que es dificil, pero que lleva a una vida dichosa, y otro a la izquierda, más fácil, pero que conduce a la ruina y a la muerte. De esta letra dice Persio... ». 4. Lu!S CORTES GoNGORA, lug. cit., p. 8, n. 3: «Vocales son las que se pronuncian sin rozamiento alguno de las fauces y se emiten directamente por abertura de la boca». 5. De los párrafos anteriores se deducs• cuán equivocadamente Serrano y Sanz acu– saba a los censores de la Academia de no haber emitido su juicio acerca de la perfección de la versión castellana presentada al Consejo. Cf. Manuel STIBRANO Y SANZ, art. cit., p. 388.

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