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6 JOAQUÍN DE ENCINAS un faro de orientación para comprender el alcance de sus ideas y para disculpar su pensamiento roto y a veces contradictorio. Ganivet es andaluz, con temperamento de artista y de bereber; so– l1re ello la Providencia quiso que fuese un andariego y su indiscre– ción le puso al alcance de la abigarrada cultura europea de su tiem– po. Estas son las lres determinantes de su pensamiento. Su contextura espiritual, mística y estética perfiló su mentalidad panteística. Y fué panteísta en su concepción cosmológica y ética del mundo, en su visión de la vida y de la actividad espiritual del hom– bre. A todo abarca por igual y todo lo unge ese principio espirítual y polifacético, que es "espíritu territorial" en geografía política, o espí– ritu universal pensante en la actividad espiritual, o esptritu racístico en la biogénesis de los pueblos. Porque fué panteísta, todo lo que en el mundo "acontece" Ganivct lo encuadra rigurosamente en dos categorías: la evolución, como ley natural, y el estoicismo como norma él ir:a. La sociedad moderna en su aspecto religioso y político, con su cultura y su r:onfort, es un es– labón de una misma cadena. El hombre está atado a la fatalidad de sus instintos-que no son propiamenle suyos, sino de la especie--; frente a esta imposición dP la Naturaleza, Ganivet proclama la actitud estoica, senequista, y quiere qur se diga siempre de él que "es un hombre" ':l1oda la ética de carácter exclusii:amPnlc sensualista se reduce a la satisfacción del instinto sin ane¡rarsP en el rebajamiento. Antítesis entre la degradación y el orgullo, entre el materialismo y el espíritu, que a falta de fe rn un orden sobrenatural, lo reduce al área de la estética. Ganiwt es místico y sensual. El mismo afirma que el misticismo crislíano Ps la floración dP la sensualidad en el 1·eino dPl espíritu. Y hay parte de i:erdad en t•sta intuición de nuestro escritor; a saber: que la gracia perfecciona a la Naturaleza. Pero en él, que vivió sin fe, tuvo perfecta realidad esta sublimación d(• su trmperamento apa– sionado en un misticismo patriótico. Esta cualidad de su prrsona ex– plica toda la interpretación ganivetiana dP la historia política dr Es– paña; no la considera como un científico, sino como un amante. Y por ello tuvo intuiciones eerteras junio a opiniones erróneas por subjPti– Yas y circunstancialPs. Pascal, antes qur él, us1í rl mélodo intuitiYo. Y acaso por eso coincidan Pn ser críticos de hechos rnás que filósofos tfo la Jlistoria. Ganivet no fué católico; sP educó católicamente en su infancia, pero llegó a perdPr la fe. partr como consecurncia dr su vida despreocupada y parte como efecto de la decadencia de la cultura re- Derecho. Acto continuo es nombrado vicecónsul de España en Amberes. y entra de lleno en el escalafón diplomático. que le neva a Helsingfors y más tarde a Riga. donde se suicida. Corría el 28 de noviembre de 1898: un año memorable bajo mu– chos aspectos. En cuanto a los escritos de Ganivet. me he servido de las Obras completas compiladas por M. FERNANDEZ ALlvIAGRO. 2 vol.. ed. Aguilar. Madrid 1843. (3) Sobre el estoicismo de Ganivet dice R. GULLON: "Ganivet suele pasar por estoico. y esta vez el tópico sintetiza expresivamente la rectitud moral. la sereni– dad. la convicción de que poseía una fuerza madre. algo fuerte e indestructible. como un eje diamantino. en que apoyarse frente a la realidad". El misterio Ganivet. en "Insula'', 15 febrero 1953. Madrid.
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