BCCCAP00000000000000000000366

PRINCIPIOS DE POLÍTICA ESPAÑOLA EN ANGEL GANIVET 51 sula es, para Ganivet, el baluarte dP la independencia. Y la Historia, según él, ha demostrado palmariamente cuán absurda ha sido la po– lítica conquistadora de nuestro Imperio; la contrapartida de la política dominadora de Felipe II fué la paradoja histórica de no haber podido sostener la victoria. Ni siquiera justifica, ante Ganivet, ar1uel absurdo político el hecho de que se inspirara en sentimientos genuinamente españoles, como eran la defensa del catolicismo: todo porque dirigió "la acción de nuestro por caminos ajenos a nuestros intere– ses" (152). Dada nuesfra posición geográfica, ¿cuáles son las díreelrices prn,i– tivas dr nuestra política exterior? Examinemos los cuatro puntos car– dinales. Respecto a Europa; nuestra política no puede ser otra c¡ue la de un. voluntario y premeditado aislamiento. Tenemos una barrera natural en los Pirineos, y si algo debe constituir nuestra preocupación, es la de fm:talecorla potenciándonos espiritual y materialmente. "En esfo punto, dice Ganivet. nuestro criterio creo yo que debería ser tan rígido que rehuyt1ra toda eomplicación en los asuntos continentales, aunque fuese para resolver los mayorPs ·conflictos de nuestra propia polílica,: porque por muy grandPs que fueran los beneficios obtenidos, nunca llegarían a compensar las consecuencias pt1rniciosas que por necesi– dad habrían de derivarse de un acto político contrario a la esencia de nuestro territorio" (i53). · Del Norte pasemos al Sur. Mucho más en consonancia con nuestra posición geogTMica sería una política africana. Incluso hubiese sido la c:ont.inu11ei(m natural dr Jas guerras de reconquista, y rn este seniido hay que PntendPr el 'I'Pstamenlo dP Isabel la Cat6lica. Pero una vez acometida la epopeya de América y desviados el 0s fuerzo y la atPnción política ha,·ia aquellas regiones, nuestra emprrsa sobre Afri1:a debe reducirse a lo ,,rnnental para asegurar nueslras frontera,;. Y como el pueblo árah(• rs actualmt1rüe--rn tiempo dr Ganivet-un purblo drs– gastado y dividido. por nadie put1dt1 estar mejor srcundado nuPstro inten 1 s qiw por los áralws. La presencia de cualquier Potencia europra sería mucho mús peligrosa para nupstra seguridad rwlítica: "Espafia tiene un interrs demasiado visible para que npcesite dr aclaracionres. por const1rvar f!l territorio del otro lado del Estrecho, alP,i{rndolo cuanto más mejor de la acción política dP Europa, y este interés por nadi;\ estará mejor servido que por los que actualmente lo sirven·· 154). Mirando haciR UriPnlP, la cosa es mucho más complicada. La difi– cultad prcrviene de la contradicción entre las conclusiones evidentPmen– le claras, deducidas de la consideración geográfica y 1a situación mili– tar y política de España a final del novecientos. Pero aquí señalaremos de momenln ln oriPnfaciún política que expresa Ganivet en este párrafo: "España sin Portugal es una nación principalmenfo mcdilt1rránea: ¿qué mucho. pues, qup en el :\foditPrráneo hallásemos Pl centro natural de mrnstra acción flolílica'? Yo creo, en efecto. que si fuese indispen– sablP dt1sarrnllar nÚPstra vida política exterior, la única política justi– ficada por nuestra posición territorial y por nuPstra historia sería una 11'52) A. GANIVET. o. c.. t. I. pág. 200. í 153) Idem. o. c.. I. pág. 176. il54í Idcm. o. c .. t. I. pág 216.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz