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PRINCIPIOS DE POLÍTICA ESPAÑOLA EN ANGEL GANIVET 43 Este carácter lerritorial marca las peculiaridades del arte aun den– tro del área nacional. Así podemos distinguir arte español y granadi– no, "no para oponerlo ridículamente al español, ni para separarlo si– quiera, sino para señalar el matiz que en éste representamos y para fijar mejor el carácter de nuestra eiudad" (iW). El arte español es místico porque nuestro espíritu-lo repetimos una vez más-es místico y religioso; este rnrácter místico lo lleva no sólo en las más altas raciones, sino "en aquellas formas del arte que menos se prestan al misticismo, como son las cartas familiares, el tratro, la noYela"; con mucho más motivo aún en la arquitectura, la pintura y la música. Lo que diferencia el arte español del granadino PS "que mientras aquél es un misticismo de ordinario seco, adusto, a wces abstruso y árido, excesivamente doctrinal, en los escritores granadinos toma cier– to aire de frescor ~· de lo:fanía que lo rpjuwneci," (1:'10). Es el contaizio de ese frescor y lozanía de que está lleno todo el paisaje de Granada. Porque de ahí dectivamente toma origen, según Ganivet; "en el arte granadino hay sif~mprr una idea mística en un cuadro de naturaleza, y esa idea mística unas veces rstá dirPctamente y otras se deja traslucir en un soplo de amor que vivifica hasta lo más pequeño y despreciable". Y así la adustez de la nwseta se humaniza en la vei:ra: "la entonación didáctica se la sustituye por entonación oratoria. la cita de textos por t>l rasi:rn imai:rinativo. y la frase austpra por el concepto vivo, apasionado. lleno de lwavur¡i. df' quP har tantos ejemplos Pn nues– tro P. Granada" (131:. (129) A. GANIVET. o. c.. t. I. pág. 48. (130) Idem, o. c., t. I, pág. 49 (131) Idem, o. c., t. I. pág. 942. Es notorio el paralelismo con Taine, en toda la doctrina del arte pictórico. Así resume el mismo Taine su teoría del arte: "... Obra tan vasta y tan varía. una pintura que abarca un espacio de casi cuatro siglos. un arte que cuenta con obras maestras tan numerosas y que las imprime un carácter original común a todas es una obra nacional. Por tanto. se halla ligada íntimamente con la vida de la nación entera y su raíz se encuen– tra en las propias características nacionales. Es una florat'ión preparada profun– damente, y desde largo tiempo atrás. por una elaboración de la savia. conforme a la estructura adquirida y a la naturaleza primitiva de la planta que la produ– ce. En consecuencia con nuestro método, vamos a estudiar en primer término esa historia intima y previa, en la que habrá de fundarse la historia externa y posterior. Veamos ante todo la semilla. es d-ecir. la raza con sus cualidades bá– sicas e indelebles. tales como se han conservado a través de todas las circuns– tancias y bajo todos los climas; después la planta. o sea el pueblo, con sus cua– lidades origina.les acrecentadas o disminuidas, pero en todo caso aplicadas y tras– formadas por el medio y la Historia; por último, la flor. es decir. el arte, y es– pecialmente la pintura. en la cual culmina todo este de-Senvolvimiento• 1 • H. A. TAINE, Filosofía del arte. trad. del francés por A. CEBRIAN, Colee, Austral. Buenos Ai– res, 1951. Y seguidamente procede por estas dos premisas: la raza y el territorio. v. gra– cia, págs. 16 y 28. Otro tanto hace en la explicación del arte griego. págs. 110-202. En cuanto a la base filosófica de esta teoría del arte, la describe con estas pa– labras MENÉNDEZ Y PELAYO: '·Resulta de todo lo expuesto que si por un ladQ el pensamiento filosófico de Taine propende al empirismo de la escuela positivis– ta inglesa y aun al materialismo del siglo XVIII. por otro su genio metafísico, innegable aunque no sea de primer orden. y más aún el asiduo cultivo de las cien– cias morales y estéticas, que no han permitido que se apague nunca en su mente la luz del ideal, han sostenido en ól constantemente una aspiración metafísica que cada día se va precisando más y desprendiéndose de las vagas fórmulas de cierto naturalismo panteísta al modo de Goethe ..:·. Historia de las ideas estéticas en España, Ed. Nacional, 1947, t. V. páf;t_ 136. Pued-e verse también la critica de la teor!a estética de Tainc. en c., t. V, págs. 138-148.

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