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PRINCIPIOS DE POLÍTICA ESPAÑOLA EN ANGEL GANIVET 41 arte. Dice Ganivet: "Si contrastamos el pensamiento filosófico de una obra maestra de arte con el pensamiento de la nación en que tuvo ori– gen, veremos que, con independencia del propósito del autor, la obra encierra un sentido que pudiéramos llamar histórico, concordante con la historia nacional: mm interpretación del espíritu de esa histo– ria" (121). Cómo sea esto posible, solamente se llega a entender conociendo el proceso psicológico y técnico de la obra artística. El hecho de que rl artista nazca rn una demarcación geotrráfica de– terminada, es de máxima importancia en el pensamiento ganivetiano. Pero entiéndase bien: no es la partida de bautismo la que hace al ar– tista, sino el espíritu de la ciudad el que estigmatiza con marca indPh•– ble y peculiar sus creaciones artísticas. PrecisamentP en esto se dis– tingue la ciudad del pueblo en su sig-nificado geográfico. La ciudad tiene espíritu, un espíritu local que debe !ornar parte insustituiblrnwnte en toda creación artística. "La misión más importante de la ciudad, nor tocar a lo ideal. es la dt• inieiar a sus hombres en Pl secreto dP su propio espíritu... " (i22). La ciudad tiene rl fin eminente de moldear los entendimientos y darles el fr,mple para las altas concepciones: es aquí, en la acotada extensión de la "polis''. donde tiene origen el arte local, 1•n contrapo– sición al arte ¡rPneral o abstracto: "el arle local sir-:e a su vez para formar núcleos", de donde destacarán los artistas geniales. Hay en el arte un procPso que va desde lo concreto a lo abstracto, sin perrlPr nunca dP vista el objeto real y sin sumirse por completo en lo universal; de la conjunción de ambos extremos resultan las obras de arte. Aun en el terreno puramente técnico los artistas, antes dr lan– zarse a crear obras maestras, donde tienen expresión las ideas subli– mes, rmpirzan por cuadros costumbristas o por localPs. Es aquí donde el espíritu de la ciudad opera y se manifiesta. "Quién sahe -añade Ganivet-si los genios no son más que irrandes ladrones de rspíritu, sPres afortunados quP por azar se han puesto en un sitio donde soplaba el alma invisible ... ". Al contacto de estas obras, qw 1 no se dis– tinguen muchas vrces por su valor. prro que llevan una nartícula de ese espíritu local, es como despiertan los irenios; y parfü·ndo dP (•sa base concreta drl área ciudadana, lleg-an a lo más elrvado del arte, qur es la forma abstracta. En otras palabras: el arte local :,; d arte abstracto SP completan mu– tuamentP, porque Pl "arte demasiado general. el artP abstracto dn 1rn– binete, formado entre libros y modelos. es un re!Yu]aclor sin el cual se caería bien pronto en el amannrarniento" (j 28). Ron r-omo dos fw,rzas de sentido contrario--"la una quP empuja hacia arriba y la otra que abate los ánimos del que intenta ser demasiado oriirinal en Pl equi– librio Pstá el acierto. Cniversal y concrdo, Pspírilu Y técniea, armóni– camente montados sobrr la tradición. dan por r,'sultado las prominen– cias artísticas, que, como en la topog-rafía, se dPstncan drl ni-:el medio. Pero antes hav que fundarsP bit•n sobre el Pspíritu del territorio \" s:p- (121) A. GANIVET c.. t. I. pág. 218. (122) Idem. o. c .• t. I. pág. 45. (123) Idem, º· C., t. I, pág. 46