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40. JOAQUÍN DE ENCINAS y nuestra raza" (1 HI). Y mientras descuidábamos las ciencias aplica– das--más por incompatibilidad psicológica que por incapacidad-he– mos cultivado el arte y la religión. Porque ''nuestro espíritu es reli– gioso y artístico" (:!.i7); acaso no hayamos producido frutos tan copio– sos como otros pueblos en sus respectivos campos, pero, como observa atinadamente Ganivet, se debió a una contingencia histórica ajena a nuestro carácter; ésta fué la conquista de América, que desvió nuestra atención y desparramó nuestras energías. "Fué incalculable el nú– mero de ingenios arrebatados a las artes Pspañolas por las guerras y la colonización; y la pérdida fué doble, pues se perdió todo lo que no erraron y la influencia que no pudieron ejercer sobre los que queda– ban. Por esta fatalidad histórica nuestro Siglo de Oro de las artes es– pañolas, con ser tan admirable. es sólo un asomo o un anuncio de lo que hubiera podido ser" (H8). Ganivet lleg-a a las conseCUl'ncias de toda filosofía monista. El su– jeto consciente funda la "objetividad de los valores", de modo que la religión y el arte y la ciencia no 1:alen por lo que son, si110 por lo qw· representan para el individuo. Pero éste no puede rategorizarles lihremrnte: debe hacerlo sr,gún las predisposiciones que ha recibido del territorio y de la raza. En el caso dr España, la religión y el arte son elementos derivados. porque, absolutamente hablando. rl pueblo español pudo haberlos sustituído por el ideal ciPntífico: prro no lo hi7.0 así; más aún: no pudo hacerlo porque rn Pl cnrúelPr 1°sp:1ñol hay mu– cho dP estoicismo y dr misticismo cristiano. e) El artr iruf.irirlunl: su "sentido histáriro". El fenómeno artístico ¡mPdt• sPr producido po!' el indiYicluo o por la colectividad. En el primer caso !enemas la obra de artP: Pn Pl sei:;undo, la manifestación estética del alma popular en las rrraciones estéticas dr la colectividad, como son los juegos. la moda, y se¡:rún Gan ivet, las construccimws, particularmente las pobres. En ambos casos hay crea– ción de lo bello en primer término y rn srgundo, el "sentido arcano de la raza o rl sent.ido histórico'': aclararr en seguida Pl si¡rnifieado fi,, rstr sentido histórico rn la mentalidad dl' Gani-vef. Este Yalor significativo se obtiene, claro 0stá. sirmpre qu0 el artistn o la rolPctividad sean fieles a su Yoración artística r al espíritu dPl territorio. Dr lo contrario, es decir. de no rstar alPnlos a la Yoz de la tierra. sus obras nunca obtendrán Yalor artístico, ni menos siimifir·a– tiYo (119). En cuanto a la colectividad, es más di ffril una drsviación a su Yocación artística, porque el purblo rs siemprP "masa" y por ello pegado a la tierra. "El traha,io dr, las muchedumhrrs. dier Ganiwt, S('r[¡ siempre geológico, JlP!?ado a la tierra. di' dondr r,I ('spíritu eolreli,·q no se separa casi nunca" (1201. EmJ)ecemos por estucliat 1,] prnsamiento filosófiro dP toda ohra d,, (116) A. GANIVET, o. c.. t. I. pág. 151 (117) Idem. o. c.. t. I. pág. 151. (118) Idem. o. c.. t. I. pág. 160. (119) Idem, o. t. I. pág. 148. (120) Idem, o. c., t. II, pág. 940.

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