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26 JOAQUÍN DE ENCINAS tolerante con los infractores; exige pureza en el pensamiento y huen propósito en la voluntad, mas sin desconocer, puesto que él mismo dió frecuentes tropezones, que la endeblez de nuestra constitución no nüs permite vivir en la inmovilidad de la virtud, que hay que caer en in– evitables desfallecimientos y que lo más que un hombre puede hac<'r es mantenerse como tal hombre en medio de sus flaquezas, conser– vando hasta en el vicio la dignidad" (7 n. Así vemos que la psicología española tiene como marco de acción las líneas fundamentales impuestas por el temperamento africano y la espiril.ualidad estoicocristiana. II. ELEMENTOS SECUNDARIOS Quedan estudiados y descritos los dos elementos primeros de la nacionalidad: el territorio y la raza. Conocemos los primeros sedi– mentos de la nación es 1 Jañola; casi, podríamos decir, ('l fondo d(' ('S– cena. Pero, ¿cómo se desenvuelve el drama? La independencia como carácter de la geografía peninsular y el misticismo como rasgo típico de la raza han podido tener ejecuciones muy diferentes. Con todo, si es n:rdad que en el orden de la pura posibilidad, en un mismo escenario pueden exhibirse escenas y sentimientos muy di– versos, para Ganivet, que es fatalista según propia confesión, en el escenario de la Península Ibérica, y actuando de "personajes" los ES– rpañoles, sólo podía tener lugar una escena histórica: la rP]i!rión v el arte con la trama de incidencias a que han dado lugar. El pueblo español tenía en su naturaleza una predisposición al catolicismo; mejor dicho, la predisposición era al cristianismo, que es una etapa precedente de la prpdicación evangélica, para Ganivet. Estaba preparado y predeterminado a la fe cristiana por su condición estoicista. El pueblo español tenía que ser fundamentalmente artista, como consecuencia de su misticismo religioso. La exaltación mística, lo VE-– remos después, se manifiesta por el arte. Por consiirniente. con la exposición de estos dos elementos tendre– mos el cuadro completo-escenario y drama-de la realidad espa– ñola. i) LA RELIGIÓN a) La religión, "fuer:sa conslitutirn" de la nacionalidad En la exposición de Pste elemento constitutivo de la nacionalidad procedo así: señalo en rwimer lullar el hecho de ser elemPnto ronsti– tutivo o "fuerza constitutiva" de la nacionalidad, que dice Ganivet: en sel!undo luirar describo las tres etapas del fenómeno relig-ioso Pn España, siempre seirún la mentalidad de Ganivet, que son: el estoi– cismo, el cristianismo hasta la caída del poder visigótico y el ratoli– cismo con las modalidades que le imprime la larga convivencia ron los árabes. (71) A. ClANIVET. o. c., t. I. pág. 144.

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