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18 JOAQUÍN DE ENCINAS Invencible; P.ero acaso no fuera tanto una iniciativa nuestra como de la Iglesia de Roma, apostilla Ganivet (48). RESUMIENDO: El globo terrestre está animado por una fuerza viva: no otra cosa es el espíritu territorial. Este espíritu se manifirsta de modo diferente según el espesor y la posición de los diversos gru– pos geológicos: continente, península, isla. Las características de cada uno de estos territorios se comunican a los habitantes, configurándoles similarmente. De modo que así como hay continentes, penínsulas e islas con proJliedades "psicológicas'' _determinadas, hay pueblos continen.tale&, peninsulares e isleños que reproducen en sus actividades políticas estas directrices del territorio. Esta comunicación o comunión de países y territorios en las mis– mas inclinaciones y repulsas se logra gracias a la estrecha vincula– ción del hombre y de los ¡:meblos con su .. medio,.. Al obrar así obe– decen a la ley del principio de conservación. La península se caracteriza por el espíritu de independencia en relación con los demás territorios. Por eso los españoles, que son un pueblo peninsular, poseen el sentimiento de la defensa y de la inde– pendencia, no el de agresión. Este espíritu de independencia ba con– figurado sus unidades de defensa, creando una táctica y una organi– zación militar donde predomina el esfuerzo y la iniciativa privada. Sin embargo, en el caso de España esta ley ha tenido una notable excepción y los españoles han al)arecido como agresores. Pero esto ha sido efecto de una metamorfosis del espíritu de defensa: han querido defenderse de los propios enemigos inlt>rnos que atentaban a la au– tonomía de las regiones y han tenido que buscar su fuerza en las conquistas de otros pueblos. De modo quP la teoría dPl espíritu ten+ torial ha tenido realización también Pn este caso, aunque con e!'ec[os parad ój iramen t P con trad i et orios. 2. L A R A z A a¡ ,"','i!Jni/'irado cientíj'iro y uulgar de la ra::,a l<Jl segundo elemento constitutivo d,; la nacionalidad nos lo desel'i– be la etnología: Cuáles son las características de los pueblos y cuá– les los rasgos típicos de cada pueblo. Al exponer aquí el elemento el– nológico estudiaremos en primer lugar el significado científico de la raza y el alcance expresivo de este concepto en el uso común. La antropología nos describe a la raza como un hecho biológiro "que designa una agrur)ación basada en la similitud de los físicos, fisiológicos o morfológicos transmitidos de generación en ge– neración" (49). Se trata, pues, de una clasificación que atiende más bien a ciertas características sensibles, como son el color, la configu– ración del cráneo, ele. Sobre estos distintivos de la anatomía tene– mos los de la geografía que son negativos: es decir, que P!l la catalo– ;<ación de las diversas razas no atcnd0mos a la posición geográfica, (48) A. OANIVET, o. c., t. I, pág. 125. (49) J. T. DELOS, o. c., t. I, pág. 39.

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