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PRINCIPIOS DE POLÍTICA ESPAÑOLA EN ANGEL GANIVET 11 como es el espíritu territorial: "Véase, pues, cómo una idea que 'pa– rece vaga e inaprisionable, como la del espíritu del territorio, lleva en sí la solución de grandes problemas políticos" (i7); habría que completar la cita diciendo que es o pretende ser la solución de todos los problemas políticos y sociales, grandes y pequeños. . Al llegar aquí ocurre preguntar si Ganivet no entenderá este espí– ritu territorial y sus reacciones en sentido figurado; porque no deja de ser discordante este modo de concebir el mundo. Purs bien: por todo lo que aparece, este espíritu territorial debe entendt,rse en su sentido llano y literal. Y esto sería una prueba más de su concepción panteística del mundo. Una metáfora literaria no explicaría tantas a'plicaciones como de esta idea se encuentran en los escritos de Ga– nivet. b) El territorio ¡¡ la psicología popular Ya se ha dicho que esas fuerzas inmanentes y trascendentes del territorio determinan, de un modo similar, la conducta de los habi– tantes. Exite un paralelismo perfecto, según Ganivet, entre las reac– ciones de los pueblos y de los territorios por ellos habitados. Dice así: "Comparando los caracteres específicos que en los diversos gru– pos sociales toman las relaciones inmanentes de sus territorios. se notará que en los pueblos continentales lo característico es la resis– t,encia, en los peninsulares la independencia y en los instilares la agresión" (i8). Se da por tanto una ecuación perfecta entre las afini– dades electivas de la geología y los sentimientos políticos de los pueblos. Esto por lo que se refiere al comportamiento político y de él trata– mos en este lugar. Pero no está de más advertir que el paralelismo llega más lejos. Si la colectividad tiene una semejanza de caráctPr con el territorio que habita, también el individuo la tiene con el pai– saje que le "circunda"; a medida que la sociedad humana se va re– duciendo de la colectividad, a la familia o al individuo coincide con una parcela de terreno que le es propia y que va configurando de modo peculiar sus sentimientos y sus ideas. Todas estas demarcacio– nes geográficas: nación, ciudad, paisaje, "circunstancia", son aco– taciones del grupo geológico, y participan, en la medida limitada de sus fronteras, del espíritu territorial. Dejando el aspecto individual para cuando trate especialmente dPJ individuo o de las creaciones individuales, expondré aquí la psicolo– gía colectiva que corresponde a los habitantes de cada uno de los grupos geológicos. Tenemos, pues, que hay una perfecta correlación entre los terri– torios y los habitantes; que los mismos recelos o afinidades que exi<;– ten en unos, existen en otros. ¿Cuáles son en consecuencia los senti– mientos de los pueblos en relación con los habitantes de otros países? (17) A. GANIVET, o. c., t. I, pltg. 135. (18) Idem, o. c., t. I, pág. 115.

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