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- 44 - pida, que conmemore perpetuamente el martirio y los nombres de los siete Capuchinos andaluces, caldos he– róicamente por Dios y por la patria. Vamos a terminar, y lo hacemos encomendando las necesidades de nuestra Provincia a la intercesión en el cielo de los que fueron en vida hijos queridos suyos y hermanos y compañeros nuestros. Abrigamos la seguridad que aquellos que en la tie– rra tanto se interesaron por el porvenir de los Capuchi– nos andaluces, que fueron padres, maestros y sustenta– dores de los niños seráficos y de los coristas, triun– fantes ahora en la eterna Sión, no cejarán en sus santos propósitos y con sus poderosas oraciones conseguirán lo que tanto anhelaron, remediando también todas las ne– cesidades de la Provincia. Sangre de mártires, dice el adagio, semilla de cristianos. Sangre de mártires capu– chinos de Andalucía, semilla de santos capuchinos anda– luces. En estos mismos sentimientos, abunda nuestro Rvdmo. P. General, como vivamente lo expresa en su carta del 4 de septiembre, que dice así: Puede figurarse V. R. cuanto Nos Izan íntimamen– te contristado los horrendos sucesos de la revolución y persecución religiosa, que está sufriendo la católica Es– paFía y en especial nuestras Provincias Capuchinas ... Huelga decirle cuán vivamente participamos en el gran dolor de V. R. y de toda su Provincia por la pérdida de tan buenos y tan beneméritos Religiosos, como los que en Antequera cayeron ·victimas del odio antirreligioso.Su sangre inocente intercederá ante el Sellar por la Provin– cia y por la Orden, y aplacará la justa ira Divina por tantos sacrilegios como se han cometido, y apresurará la hora de la misericordia que devolverá la paz y tran– quilidad al buen pueblo espallol, que siempre Iza sido

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